octubre 20, 2008

Citando a Clarice Lispector

"Claro que se le ocurrió que estaba invirtiendo lo que había sucedido. Que no había cometido un crimen para darse la oportunidad de saber qué quiere un hombre, esa oportunidad nace casualmente con el crimen. Pero procuró ignorar el incómodo sentimiento de mistificación: él necesitaba ese error para continuar adelante, y lo usó como instrumento. Y pasando por encima de su confusión, el hombre intentó por fin abordarse. Con un suspiro se abordó en términos claros y pensó:

Que no había cometido un crimen vulgar.

Pensó que con ese crimen había ejecutado su primer acto de hombre. Sí, valientemente había hecho lo que todo hombre tiene que hacer una vez en su vida: destruirla.

Para reconstruirla en sus propios términos.

¿Era eso entonces lo que quería con el crimen? Su corazón latió fuerte, irreductible, iluminado de paz. Sí, para reconstruírla en sus propios términos.

¿Y si no consigue reconstruirla? Porque en su cólera había roto lo que existía en pedazos demasiado pequeños. ¿Y si no consiguiese reconstruirla? Porque miró el vacio perfecto de la claridad y se le ocurrió la posibilidad extraña de no poder nunca reconstruirla. Pero si no lo consiguiese ni siquiera importaría. Había tenido el valor de jugar fuerte. Un hombre un día tenía que arriesgarlo todo. Sí, él lo había hecho.

Y orgulloso de su crimen, miró el mundo arrasado.

Arrasado por él mismo, a sus pies. El mundo desmontado por un crimen. Y que sólo él, porque él se había convertido en el gran culpable, podría levantar, darle un sentido y montarlo de nuevo.

Pero en sus propios términos."


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De La Manzana en la Oscuridad

octubre 03, 2008

Paja

He de decir que en los últimos años aprendí a dormir por toda la cama. Antes, como un reflejo, me acomodaba en un lado -el izquierdo siempre- y no me movía en las noches salvo cuando había pareja a la derecha, en cuyo caso nomás estiraba o la patita o el bracito para ser parte de un amasijo que abarcaba la cama en porcentajes y zonas siempre distintas.

Entonces los pies iban solos buscando la piel del otro, a saber si estaba frio, suave o dormido, en un afán automático de medir sus reacciones. Lo entrañable de las noches es eso, que vuelve a dos personas una y media, cuerpos revueltos con o sin lubricidades, pero fundidos en abrazos que no tienen que ver con la vigilia y que, por lo mismo, son incompatibles con los cálculos. Sinceros, ciertos.

Luego, obviamente, la costumbre se lo come todo y la suave perfección de antaño da demasiado calor, se mueve o ronca. Y conforme esas burbujas de bienestar a medio sueño se esfuman, llega la nostalgia del compañero, aunque haya una gran razón para la ausencia.

Si se aprenden ciertas lecciones con las relaciones humanas, es cada vez mas difícil pensar que alguien pueda compartir pequeñas o grandes cosas, fragmentitos de la vida, detalles sin importancia que por alguna razón la tienen o maravillas sin sentido.

Afortunado el que no tiene una memoria de sus lesiones incompatibles con el amor, el que las olvida o puede, a pesar de ellas, compartirse. Aquí es cuando llegan las fórmulas y empezamos a extrañar mas bien cosas que vimos en la tele, a querer un marido y ser super unidos con la familia, a preocuparnos por si el culo está muy guango, las tetas muy chiquitas o si sabemos cocinar. Y he de decir: No.

No me recuerdo perfecta en las fórmulas, me recuerdo mas contenta, emocionada y con cosas que decir, en una inercia que no requiere risitas "yo soy solo una chica", bucles dorados ni mascarillas nutritivas. Me recuerdo mas contenta porque alguien entendía algo importante, fueran mis palabras, mi cuerpo o la cosa extraña que ambas componen, que lleva un ritmo que se modifica cuando alguien lo mira y, amablemente, se acopla. Contenta porque alguien podía anticipar un deseo y cumplirlo no por obligación, sino como un juego emocionante que siempre tiraba nuevas líneas.

De pronto hay que enfrentar un universo de personas distintas, votar por un sistema, aferrarse de un planeta y elegir idiomas. De ahí a que puedas entenderte con un "lomismoparlante", todavía media otro universo. Y pasa. Te encuentras a los de la misma especie, levantas amistades, historias, romances o hermandades.

Unas se derrumban, otras se quedan. Pero casi siempre nos pensamos incompletos sin hacerle mucho caso a lo que de verdad sentimos, sabemos que nos falta algo, encontramos el nombre en el exterior, importamos la película y andamos por el mundo con la visión láser encendida pa encontrar a alguien que nos llene la vacante "solicito soulmate" "vacante para novio, buena presentación", "mejor amiga para salida nocturna, licencia vigente" "abuela con conocimientos de repostería"

Vamos llenándonos la cabeza con necesidades muy tipo lista del supermercado conforme nos consolidamos como adultos. Tal vez por cansancio (o derrota, no sé), vamos aceptando lo que se supone que alguien de nuestra edad tendría que estar haciendo, nos creemos el cuento y súbitamente estamos sufriendo por la carencia de aquello que al inicio ni siquiera nos importaba. Y manifiesto de vuelta. No quiero -como dijo el Sabina- un amor civilizado. Qué hueva querer de pronto que alguien se esfume para leer en paz en lugar de tener alguien a quien decirle lo emocionante de mi libro.

La cosa es dejarse ir, disfrutar la mutabilidad del otro y no echárselo a la espalda -como jurado en Chalma- hasta que la tragedia, la traición o el desamor nos separen. No, lo que separa es la falta de espacio para respirar, el temor a que el otro piense que bla bla bla o el pavor de seguir tocando esa canción que tanto nos gusta. La fórmula garantiza un vínculo acartonado que se puede ver -en el mejor de los casos- re envidiable desde afuera, o una amistad de esas que nomás traen cerveza de por medio.

Curiosamente son los protocolos de convivencia los que nos separan ¿Por qué no se puede decir -tengo frío, ven-? en lugar de ¿quieres salir por un café? ¿por qué no asumir que hay personas con las que solo nos gusta hablar, o dormir, o ir al cine? ¿cuál es el afán totalitario?

Porque vamos, como hormigas, pegándole nombrecitos a las cosas para manejarlas mas fácilmente y ahorrarnos el poner verdadera atención al otro. Es mil veces mas sencillo tolerar cosas que no nos gustan que asumir que un amigo, cuate o vecino pueden no tener las mismas fronteras. ¿Por qué es tan difícil respetar las diferencias y disfrutar los brillos?

No tengo siempre el mismo sabor, ni lo pretendo. A veces amargo y otras soy dulce. Si quiero saborear al otro hoy no tengo mas que preguntarlo, no pasará de que no se pueda o de que no haya sabor. Si podemos inventar nuevas recetas, hagámoslo, deshagamos la cocina y tengamos siempre trastes por lavar. Mezclémonos hasta que no haya mas ingredientes, o hasta que sepan mal los resultados.

Mejor revolverse en mil posturas y terminarse las posibilidades de la cama que perderse el invento de los mil cuerpos y medio. Si puedes hacerlo, si encontraste algunos "lomismoparlantes" date el chance de descubrir cuantas capas tienen, cuánta paja alrededor y cuáles estarán cómo en tu muerte. No te pierdas las pequeñas cosas que acaban configurándote. Conforme mas pruebas, más mutas, mejores mezclas aprendes. El reloj no perdona, las consecuencias tampoco. Dejemos las deudas para después, porque hay muy poco tiempo para tantos descubrimientos irrelevantes y hermosos que siguen pendientes en las bifurcaciones de la vida.

Muchas ramas salen del árbol que intentamos trepar. ¿Por qué no saber a qué huele una y cómo se siente otra? Es solo un tiempo el nuestro. Y si tengo que pegar etiquetitas a veces, prefiero que no sean las jodidas porque vivo en un universo de palabras para elegir.

A sacar la paja circundante y hacer de los otros entrañables agujas que puedan penetrar mejor, salir mejor, desviarse, volar y caer en donde sea. No paremos de descubrir.

Hay que beber si se tiene sed. Mucho.

Envidia de frases pasadas que deben aplicarse a mas que el amor

"¿A quién le importa ser aniquilado si dicho exterminio termina por suceder cerca de tu boca? A mí no. A mi paciencia tampoco."

agosto 19, 2008

Puertas del tiempo

Hay lugares que conocemos bien, sabemos a qué se sienten, recordamos los olores, la temperatura, cómo se reparte el sol por la tarde y con suerte sus estrellas. Son, para no hacer el cuento largo, parte de nosotros, el sótano de la torre, que soporta y ayuda a seguir inventando. Solo que están en el recuerdo.

El pasillo de la casa de la infancia, el cuarto de tus primos, sus camas con bastones de latón. El coche del papá rumbo a las vacaciones, el abrazo de alguien que murió después, la risa de la maestra de música o la cama del primer gran amante, las sábanas claras con risas atrapadas. Hay espacios que fueron poblados y ahora son imposibles, ya no son. Hay espacios que pueden repoblarse en el presente. Y claro, conocer de vuelta algo tan bien conocido y tan desconocido causa estragos. Lindos estragos.

Me es fácil entender ahora a los extranjeros cuando vuelven de vacaciones a su país natal, nunca puedes regresar al mismo lugar. Pero cuando se trata de recuerdos claros, de lugares inmutables, el mundo se sacude. Busquen un lugar que conocieron en la infancia y vuelvan. Un lugar que siga como entonces. El parque en el que aprendieron a andar en bici, la casa de los abuelos, ese rincón que nadie más ocupaba. Las azoteas de la adolescencia en donde fumaban mota, el cachito de banqueta en el que platicaban con sus cuates. Busquen una Dart K como la de su primer novio, cómanse un helado del que le gustaba a su mejor amiga.

Flashback: nadie se baña dos veces en el mismo río. De pronto sale a flote la pregunta ¿sí soy esa persona? Y darse cuenta de todo lo que tiene que pasar, recordarse y olvidarse para configurarnos como personas es serio, es importante. Miles de nudos y cuerdas que se doblaron en algún momento, se anudaron en otro, se rompieron mas allá para volver a juntarse. Las variables, todo el tiempo nos definen. Y nos siguen definiendo.

agosto 06, 2008

Como diría la Montero:

¡A ver si ya me quito de pendejadas y me entrego al amorts!

¿Será?

julio 28, 2008

Del Postsecret

Aceptamos el amor que creemos merecer
"We accept the love we think we deserve"

Me sacudió ¿Será así? ¿Es así para alguno de ustedes? Besos para todos, je.

julio 04, 2008

Baratijas de colores

La ley inquebranteble del miedo está diseñada para romperse.

Lo recuerdo siempre al mismo tiempo que a la muerte, cuando no sé si hacer algo porque ***.

Generalmente *** me asusta.

Entonces decido salir, ir con amigos, a fiestas, el cine, buscar, relacionarme con otros, con los otros que me causan algo. Y me cuelgo esos pequeños despistes, aretes, esmalte de uñas, construyo en automático una identidad que pueda distraer a los demás de lo que soy y que -sin embargo- da algunas pistas para el observador paciente, o para el que entienda la chapa o tenga una llave que quiera probar después de asomarse con mirada indiscreta. Hay tanto miedo de ser vistos que nos vestimos -casi siempre- con distracciones.

Da risa, es absurdo. Somos entrenados toda la vida para reconocer los indicios vulgares de la belleza, a perseguir las pistas estúpidas del placer y comprar cubos de felicidad social. Sabemos ver culos, tetas, distinguir labios brillantes y miradas asesinas, medias con redes, sombreros de copa, autitos con metal pulido y plástico flexible, calcular fortunas e infortunios. Aprendimos a levantar castillos prefabricados con la fórmula mágica de la amistad o el amor, queremos ser los de Friends y casarnos como la Jolie, y, al parecer, una vez dominada la fórmula se gana el juego. Aunque sea una mentira y lo sepamos.

No sabemos de ellas o tememos demasiado a las sutilezas, la belleza que se siente, lo invisible que corta de pronto al aire y se queda.

Lo tememos porque no hay confirmación posible. Y aunque la sensación se quede a hacer preguntas, nunca se deja tocar. Tememos lo que no podemos asir, que el otro nos quiera como se quiere a una cosa, que seamos deseados como personajes y no como lo que somos unas veces y otras no, y lo que queremos otros cinco minutos y luego nunca, o lo que olvidamos que éramos y de pronto vuelve. En nuestra calidad de humano voluble y cambiante. No queremos -o no quiero- ser un ingrediente de la fórmula del científico loco que logró descifrarme un segundo.


Desacostumbrados por completo no entendemos de complicidades que no se relacionen directamente con nuestras fachadas. No sabemos sentir, no aceptamos ser sentidos por el otro. En automático pensamos en nuestros caparazones brillantes o estriados, en las espinas o lo alegórico del carrito.

Cualquiera con un poco de suerte ha sido descubierto, más allá de los disfraces, y entonces aprende a ser sentido y decide hacerlo otra vez, o no. Sabes que en cuanto alguien te descubre, todas las cosas que dejas intuír son certezas para el otro, y quiere jugar con ellas, o ver qué es esa cosa al lado que todavía no entiende, o preguntar. Ver de qué color resulta una mezcla, una ausencia mañana, y una punzada después. Cuando alguien te ve siempre quiere ver mas o dejar de mirar para siempre. Cuando es encontrado ese ángulo desde el que eres un todo hay opciones: ser un todo querible o volverte nada. Y quieres escucharlo todo desde el otro lado de la puerta, quieres tocar pero no te mueves, quieres seguir viendo pero temes ser visto.

Entonces se vuelve absurda la obsesión con permanecer ciegos ante la belleza sutil.

De cualquier manera queda, siempre, la seducción punzante de lo externo, que puede ser prolongada hasta el último punto de la blusa, hasta mas allá de la muerte o morir siempre en el minuto siguiente. Morir siempre con la pregunta seductora, porque no saber que había detrás posibilita cualquier cosa. Aunque nunca sepamos lo que era. La catafixia mortal.

Podemos seguir ejerciendo, con prisa o con tiento el reconocimiento automático de la belleza vulgar, de plástico, de colores, y dejar que se filtre entre las sedas alguna maravilla. Baratijas ofrezcamos en lugar de corazón cuando no sabemos si tenemos uno, cuando tememos usarlo, cuando hay algo borroso sobre nuestra cabeza que nos dice ¿para qué moverme?. Sombreros de copa o rayitas en las mallas. Apréndeme así, y tenme como una figura a fin de cuentas desechable, o intercambiable por cualquier otra cosa con esmalte en las uñas y un cerrojo en la puerta. O salgamos de las fórmulas y disfrutemos algunos minutos que no tengan torres de cálculos, miedo y seducción primaria. Entendamos que, a veces, no hay fórmulas y no hay resultado, porque las cosas no pueden detenerse entre las manos, o que hay un poco de fachada, una mascada superpuesta, un trozo de vértebra y media rótula, amasijados con plastilina y unas gotas de quien sabe qué, que, generalmente, huele bien.

junio 27, 2008

The Slip

El mapa de descargas del último disco de Nine Inch Nails en Google Earth. Reitero: Reznor, hazme un hijo. Esto supera y reta las sutiles fronteras entre la belleza, la intuición, la música. Es una representación dura de la realidad, dura y emocionante.



Yo sí te mantengo, me cae.

junio 11, 2008

A falta

De frío o calor, ante el entumecimiento de la intuición, ante los días bellos y nublados de la ciudad y de mis ojos, ante las cosquillas y las distancias, una cita:

" Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender, peligroso"

Confucio.

Chale, es difícil esto de convertirse en el macho alfa del propio destino. Pero se puede, o se intenta. Caray que de pronto se diluyen bordes y las fronteras se desplazan, mutan, invitan. Que antojo traigo.

mayo 13, 2008

Hortelano, 2006. Todos los laberintos tienen salida

Óleo de una monarca sin respuestas. (El pintor en la corte)

La princesa muere por ser vivida. Grita desde los céfalos de las flores. Llora con un altavoz reposando en sus lagrimales. Y rabiosa se deja olvidar, cada párrafo si es preciso, con tal de que la recuerden los historiadores de la pesadumbre.


La princesa no quiere cuentos ni castillos. O cuando menos rehusa abiertamente los que no se fragüen entre carne y granito. Ella se rebela contra las mariposas y sus alas de vidrio. Y se repliega ante los santuarios que se forjen sólo de aire.

No es una princesa de caricias aladas, ni del mar, ni de sueños de estambre. No es una princesa que conviva con princesas. No es una ecuación, ni un misterio, ni un puchero amaestrable. Es siempre ella -siempre- y ya. Aun si se viste de sí misma.

Ya sean grúas o tentáculos o sombras: Deslizarse sin defensa cuesta más que acicalarle. Es un mar de preguntas. Es un pantano feroz y que se teje entre respuestas. Tan sólo escúchenle respirar.

Ahí el pulso de los días. Suspiro. Quemazón.

Su ahora es más que mil promesas.

mayo 08, 2008

Pausas

Apagar la máquina, abrir todas las ventana en deshoras, dejar que entre el aire o salir al aire no delimitado por puertas y pasillos. Quitarle a las noches su mala fama.

No televisión ni música, tampoco luz. Solo nada y la liberación del zumbido de los aparatos. Te mueves, respiras, miras, hueles a algo que solo el otro puede reconocer. También el tacto. Las pieles, los ojos. Somos tan grandes cuando no chocan ondas violentas contra nuestro cuerpo que podemos percibir las que emitimos. Se pone solemne la cosa con unos minutos de silencio, de contemplación barata, sin estímulos estróbicos. Sutilezas, laberintos vistos desde arriba. La propia voz resonando dentro, no chocando contra otro.

Silencio, inventemos un arrullo propio. Un abrazo. El tic tac de cada quien, un ritmo en el que -dentro- la sangre va y vuelve. Siempre distinto.

Tic, tac ¿El tiempo está pasando? ¿Son míos los párpados que siento? ¿Va a llover, huele a noche? Tengo los pies cansados, la boca seca, algo estrujado. Puedo sentir los vínculos como listones, no como trenzas por deshacer.

Ahí estoy, aquí adentro. Y mi alma está -como dice Serres- en el justo lugar de mi cuerpo que atrapan ahora mi tacto o mi pensamiento. Intento repartirla, logro no fragmentarme, escalofrío.

Un segundo, ese segundo. Una canción de cuna.

Silencio.

mayo 02, 2008

Basta de misterios

El 2 de mayo es el 122º día del año del Calendario Gregoriano y el 123º en los años bisiestos. Quedan 243 días para finalizar el año.

Mi asistente sigue llegando tarde, hoy tuve mi primer viernes en una nueva casa, con otras entradas de sol, con nuevos vecinos y un mercado sobre ruedas al que no llego a tiempo para comprar mangos.

Hoy, para variar, hay problemas de oficina y no tengo ganas de seguir. Hoy no hay mucho sentido, nada parece tenerlo. Hoy sería un mal día si no tuviera plantas, si no tuviera sueño, sin estos deseos que, aunque absurdos, me dejan escaparme un poco del pensar y sentir cierto arrebato. La sensación de estar perdiendo el tiempo late mas fuerte cada vez, no sé escaparme de ella, no conozco este lugar.

No lo vale, hoy no vale la pena haberme levantado a imprimir firmes chicas con radiantes tintes para el pelo, en posturas francamente eróticas, con maquillajes absurdos. Hoy yo vuelvo a no valerlo para quien me importa, hoy vuelvo a desear épica a sabiendas de la nada.

No hay fórmulas. No hay brillos, promesas, sueños. Ya me cansé de soñar, de desear. Es una terquedad seguir imaginando porque hay un trazo del que no puedo escaparme. Y nunca he estado habilitada para esto, para no encontrar un engrane que accione otro lado de la máquina.

Como dice la canción con la que ando obsesionada "aposté por esta quimera". A chingarse.

abril 20, 2008

Puertas abiertas

Ventanas sin cortinas. No tengo miedo en mostrarme como soy, dar lo que tengo, hablar para quien quiera escuchar y pedir palabras otras veces. Hay quien no quiere estar cerca de mí, habrá quien tema preguntarlo. Puertas abiertas. Aquí estoy, y para nadie he de cerrarlas. A fin de cuentas se trata de voluntad, de ganas combinadas, de pasar nuestro pequeño tiempo. Vivir en cada respiro porque morimos en cada uno. Y no tengo ganas de "perder" más cosas que nunca he tenido, de "extraviar" afectos que no han sido míos, sino hacia mí.

Entonces, puertas abiertas. Me permiten ser más tranquilamente, percibir (no recibir) lo que tienen los que están cerca. Puertas abiertas a veces deja que otros destruyan, pero no sin entrar. No hay razón para negar mi corazón, no quiero abrir para siempre el almanaque del pasado. Tan sencillo que es pedir, decir, disfrutarlo. Disfrutar a la gente que quiero, estar sin guardia para poder querer más. Dejar que solas las cosas se configuren en un mecanismo que no exige pertenencias ni propiedades. No puedo ser para otros, no puedo ser para tí. Puedo ser yo, para mí. Y para quien decida acercarse. La vida parece un ejercicio de voluntad y decido ponerle un nombre.

No puedo vivir sin dos ideas: amor e integridad (respeto, si quieren, coherencia). Para poder hacerlo solo hay que hornarse, uno mismo. Y, con suerte, poder honrar a quien se acerque.

La cosa es cómo se vive, cuándo se muere. Y sí, la idea del honor me tienta, es fácil ser íntegro, dejar de negar, dejar de pretender que alguien nos debe algo. Y dejar que el deseo se manifieste, actúe y desaparezca.

abril 13, 2008

Society, Eddie Vedder



It's a mistery to me
we have a greed
with which we have agreed

You think you have to want
more than you need
until you have it all you won't be free

society, you're a crazy breed
I hope you're not lonely without me

When you want more than you have
you think you need
and when you think more than you want
your thoughts begin to bleed

I think I need to find a bigger place
'cos when you have more than you think
you need more space

society, you're a crazy breed
I hope you're not lonely without me
society, crazy and deep
I hope you're not lonely without me

there's those thinking more less less is more
but if less is more how you're keeping score?
Means for every point you make
your level drops
kinda like its starting from the top
you can't do that...

society, you're a crazy breed
I hope you're not lonely without me
society, crazy and deep
I hope you're not lonely without me

society, have mercy on me
I hope you're not angry if I disagree
society, crazy and deep
I hope you're not lonely without me

abril 04, 2008

Otra manera

El diagnóstico sobre lo que hacemos con nuestro tiempo debe partir del pronóstico que tenemos si seguimos haciendo lo mismo, no de las causas que nos hicieron estar en este punto.

A cambiar, a ser transparentes. Siendo transparente digo: estoy asustada casi todo el tiempo, aprendiendo a estar tranquila, a veces enojada, otras enamorada de mi peor enemigo, entercada con algunos horrores y con ganas de que llueva. No sé dejar ir y sin embargo dejo, no sé pedir pero recibo sin darme cuenta.

¿Alguna transparencia que quieran dejar en este blog? No es tan malo.

marzo 21, 2008

¿De que me enamoro?

"La palabra causa es un altar a un Dios desconocido"

William James

Está rudo, ¿no? Sentí, casi, como si tuviera que haber una foto mía con mi cálculo de variables junto a la cita. Lecciones que se encuentran leyendo otra cosa.

marzo 16, 2008

Que la perdones te pido por tu pasión dolorosa

Hace un par de semanas acompañé a mi madre a velar a su madre. Es decir, se murió la mujer que, sin serlo, fue mi abuela. Ni yo su nieta (nada de galletas, chocolate caliente o bufandas), un par de extrañas que con trabajo se hubieran reconocido en la calle. La única cosa familiar que pude encontrar en su casa fueron las cazuelas de barro colgadas con alambre de un muro azul, entre las plantas, en exteriores. Justo como en casa de mi madre. Y la parte humana de sus hijos, mis medios tíos que, ante la súbita falta de normalidad se ocupaban de cualquier cosa para no estar: las flores, el agua, hacer café, alimentar a los deudos.

Ahí, con todo lo desconocidos que son, fueron humanos, personas.

Mismas reacciones ante los abismos.

Descubrí con esto y el postsecret que el temor no es a estar solo, sino a ser vulnerable. Y es una paradoja notable. Aparece la lógica que faltaba en entender las relaciones humanas fallidas, o medio estructuradas en razones no tan románticas: el sexo, la "compatibilidad de patologías", el master and servant de los humanos. A veces se da, recibe a cambio y consigue una garantía de continuidad y seguridad. Se construyen complicidades. Paso a paso se apuestan las canicas por unidad, no se arriesga tanto, no se pierde tanto. Limita y parece "justa", pero no siempre deseamos darnos así. Hay quien quiere dar todo, o tres canicas a la vez, o no dar nada algunos días. Está bien, es espontáneo, franco. Hay dadores, hay receptores. Hay quien se casa con esa idea y se atemoriza ante dos canicas, hay quien nunca suelta la bolsa y aún así recibe. Hay quien no sale nunca del papel, y no juega nunca con un personaje que se le antoja, se queda con el traje que le protege, se guarda esperando una llave mágica o se queda como está.

Es menos complicado estar solo. Es mejor en muchos casos. La otredad es demasiado violenta, nos hace desconfiar cuando el otro sonríe, si una mano nos toca. ¿Y qué si me quedo en casa, dentro y fuera del mundo? ¿Y qué si no quiero construír, conocer, arriesgarme? ¿Y qué si deseo aunque no suceda nada?

¿Qué pasa con el otro si soy vulnerable? Parece que desnudarte y estar dispuesto es la cosa más horrible de este mundo. Y no. Cuando alguien se acerca parece que pregunta ¿Dejarías que te haga daño? -conóceme para evaluar si vale la pena- ¿Y qué si respondo que sí?

¿Qué pasa si doy sin garantía? Nada. Puedo recibir de vuelta o no ¿en dónde está el placer entonces? ¿De dónde sale la fascinación ante el otro?

En que puede no pasar y nos gustan los juegos, en que puedes saber dar, recibir y las cosas se vuelven un intercambio, nada que temer. Todo camina y a veces se detiene, no a la inversa. Nadie nació ni tiene la misión de dañar, las cosas pasan, la gente vuelve, se va, a veces cambia y camina en otras direcciones. Se puede decidir incluso no participar de la propia vida, dejar que las cosas fluyan, pasen, se conecten.

Es inevitable estar desnudo, nuestras corazas gritan verdades que cualquiera puede desentrañar. Hasta las entrañas, pues.

No pasa nada si se hace o no se hace. Estamos inmersos en una marea. Imposible no moverse con el exterior. Lo que hay que aprender es a dejar ir, no a recibir cosas, hay que entender que todo lo que esté fuera, por más cerca que esté no es parte de nosotros. Porque estamos rodeados, nos mojamos y basta existir para ocupar un lugar y formar parte de un entramado. Complejo o simple, pero una red. Es inevitable que usemos las palabras, los gestos, las cosas que hacen evidente cuánto nos importan los otros, cómo nos encanta ver, adivinar, imaginar y olvidar. Olvidarnos y recordarnos, rehacernos. Demasiado como para que al morir alguien ruege por tu perdón. Que nadie me perdone, ni siquiera creo en eso. Mi corazón late, mi boca funciona, quiero ver y puedo hacerlo. ¿Cuál es el problema con adoptar una u otra postura? ninguna. No pasa nada que no pase dentro.

Igual nunca voy a entenderlo todo y mi confusión inyecta al mundo que vivo con otros factores. El poder de la decisión y la ponderación de variables está sobrevaluado. La mera existencia nos impide pasar desapercibidos o mantenernos intactos. Brincando hacia el abismo o caminando con sombrilla, son solo maneras de practicar la vida.

Dejar hacer, dejar pasar es lo mismo que hacer y observar, impedir, alentar. No hay absolutos acá, no se cambia todo con un pequeño viraje de timón. No mas que la propia perspectiva. No somos tan poderosos, aunque nuestra manera de ver al mundo nos diga la única verdad a la que tenemos acceso hay que saber que también es una mentira, una parcialidad. Pero nuestra. Y puede no pasar nada mientras pasa todo.

marzo 04, 2008

Mi bolsa se comió el tema o parezco camionero ebrio

Fue grandioso, estaba en el España bailando gipsy punk al ritmo de la Polka Madre cuando se nos ocurrió el gran tema. Luego lo olvidamos, y en un esfuerzo mayúsculo -porque era buen tema- lo recordamos, escribí un papelito y lo guardé.

Buscándolo anoche encontré una cortesía de los girasoles porque me salió un cartón en la sopa, un talón de entrada a un museo, muchos tickets de libritos del domingo, una servilleta que usé para quitarme la grasa del pambazo de las manos, un pedazo de boleto de estacionamiento -en donde me regañó un profesional de higiene automotriz malhumorado- y el teléfono de un ligador sin talento. Todo menos mi tema. Como estaba contenta seguro era sobre amor bonito y/o las cosas del mundo que nos vuelven amorosos (la música, comer flan, sentir el sol, lo simple).


------ El tema ------

-She gets me- dice él.

Y lo escribe tan simple -She gets me- No se trata de la mujer más atractiva o yo, como lectora, no lo sé. ¿A qué huele? ¿Cómo se ríe? ¿Cuál es la textura de su piel? no lo sé. She gets him. Y el se enamora más allá de la sonrisa o los tacones. La importante es lo que el otro entiende de ti, cómo te interpreta y qué va causando esa historia en el intermedio. Las cosas que detonan el cariño están por todas partes, van entrando lentas y se quedan.

No dependen de guías misteriosas ni de perdones. De amores épicos tatuados en piedra, pagados con sangre. Deslavados y mal puestos en repisas polvosas. El cariño se construye con sinceridad, con cercanía, compartiendo y diciendo, los afectos se renuevan o se archivan, hermosos pero lejanos. Hay veces en que nos gustaría, en lugar de decir, esconder directamente nuestra cabeza entre los cabellos de alguien, dormir sobre un pecho que huela a durazno, escuchar un cuento entre sueños, despertar abrazando. El amor se ejerce diario, todo el tiempo. Con el propio cuerpo, deslindándonos y dejando ir, diciendo bienvenidas.

De ahí que, más allá de la vanidad inevitable, cada vez me importe menos si mi cinturón combina o si me expreso, camino y bailo como camionero ebrio. Si he de ganar afectos no será bamboleando la cadera ni pretendiendo ser alguien que no soy. De ahí que el tema fuera grande, paradas entre gente con armatostes de identidad superpuesta. ¿Quién eres? ¿quién soy? ¿No es más rico encontrar nuevos cuentos que creernos lo que nos quieran contar? ¿no es preferible encontrar algo escondido que formarse en la fila de la comida rápida?

Basta de fórmulas. Así soy, quiero y desquiero, amo y odio. Pero soy. Y cada vez más segura.

febrero 28, 2008

La música

En orden de aparición, la lista de las obsesiones musicales de la semana: abajo mi choro; puse ligas de Youtube o anexas para que puedan escuchar las de los demás por si no las conocen. El random de esta lista está bipolar, divertido, intensote y muy bueno.

1. Arturo-Minoru:
Open the Door, por Ryuichi Sakamoto y David Byrne,
en el soundtrack The Last Emperor.
http://youtube.com/watch?v=96hNhZksfo0

2. Huini la furtiva: Compliments, por Block Party,
en el disco Silent Alarm.
http://www.youtube.com/watch?v=oKBqxoiiIVo

3. César Vendelunas: Opening From Glassworks de Phillip Glass,
del disco Glassworks.
http://www.youtube.com/watch?v=_5NduDaCMaY

4. Miguel Irlandés: El Tren, por Leño,
en el disco Leño en Directo.
http://www.youtube.com/watch?v=Z8GWknjuwxE

5. Federico Venice Beach: Love Your Ways, de Salmonella Dub,
del CD Inside the Dub Plates
http://www.youtube.com/watch?v=vAYcq5cHI-c

6. Darío auralterrains: Airbag, de Radiohead,
el disco es un EP en este caso Airbag/How Am I Driving?
http://www.youtube.com/watch?v=KgE29oRPhrI

7. Daniel such is life: Just Like a Woman, de Bob Dylan,
el disco Best Of
http://www.youtube.com/watch?v=iGOFgZFQB5Y

8. Guillermo Highlander: The Internet is for Porn, del Musical Avenue Q
(Broadway Soundtrack)
http://www.youtube.com/watch?v=T-TA57L0kuc

9. Geert, amberino: Magdalena, la banda es Deus,
el disco se llama The Ideal Crash
http://boomp3.com/m/df3f884a2a23

10. Juan, amoroso: Angel Eyes de Sting
en el Soundtrack de Leaving las Vegas
http://www.youtube.com/watch?v=gulJTZiZ64g

11. Concha, campestre: Cowboy Take Me Away de Dixie Chicks,
el disco Fly
http://www.youtube.com/watch?v=hntXAO_Rq7c

12. Sinuhé, decidido: Sozinho, de Caetano Veloso,
del disco Prenda Minha
http://www.youtube.com/watch?v=wb4RauhteFA

13. Salvador, viajero: Nothing Man, de Pearl Jam,
en el nunca bien ponderado Vitalogy
http://www.youtube.com/watch?v=MMZsqxrPuIQ

14. Canek, perseguido: Somewhere Over the Rainbow, por The Flaming Lips,
en el soundtrack de The Wizard of Oz
http://hypem.com/track/488489

15. Gabriel, prohibido: Let Down, de Radiohead,
en el maravilloso OK Computer
http://www.youtube.com/watch?v=Qxrax9iYOBo

16. Diana, obsesionada: Happy Child, de Tweaker (ft. Will Oldham),
el disco es The Attraction to All Things Uncertain
http://www.lastfm.es/music/Tweaker/_/Happy+Child+(featuring+Will+Oldham)

17. Diego con ritmo: Girl, de Beck,
el disco Güero
http://www.youtube.com/watch?v=13iLkTrDlbI

18. Lariza, remisa: Velha Infância, por Os Tribalistas,
en el disco Tribalistas
http://www.youtube.com/watch?v=w6hCCwIKRNQ

19. Iziar, mientras imprime: Manhattan-Tel Aviv, de Noa,
del disco Calling
http://www.youtube.com/watch?v=cVD5IzIiSQ4


Y la mía, de Nick Cave y Ute Lemper, Little Water Song, causada por mi hermana y Romance & Cigarettes. Supongo que eso me hace la 20.

Grandes descubrimientos, buena música. Como que no contemplé que podía obsesionarme con sus tracks y quedarme en blanco para la semana siguiente, je.

Ok, ahora sí el choro: Gracias, estoy teniendo, como muchos de ustedes saben, problemas para emocionarme con las cosas. Esto me puso de vuelta en un lugar que estaba olvidando. Y, clavada o no, construimos un nosotros.

De verdad gracias. La mecánica, por si alguien se la perdió:

Los lunes les mando mi track obsesión con su historia y durante la semana recibo los suyos, el viernes mando un mail con la lista de todos y si quieren los archivos se los mando a sus correos.

Así que ¡hasta el lunes! Si alguien quiere anexarse al juego, sea bienvenido: laloana@gmail.com

Y ya.

febrero 24, 2008

Obsesiones musicales a la orden

Construyamos.

Todo lo que miramos tiene que ver con los demás. Dos tipos de cosas: las de la naturaleza o las que otros hicieron, diseñaron, planearon (la cultura, que es todo según los maestros de historia). Estamos inmersos reaccionando, mirando, sintiendo.

Quiero saber de otros mundos. Estoy clavada con la música. Propongo un juego que dure lo que tenga que durar. Mi obsesion musical de la semana intercambiada por la suya. Sí, soy de las que pone y pone el mismo track hasta el cansancio. Y generalmente ese track trae una historia consigo: qué me recuerda, cómo lo conseguí, qué me causa, dónde lo escucho y quién me lo enseñó. Y tengo curiosidad de las otras canciones, de las otras historias. Además es una buena manera de conocer mas música. Si quieren no contarme la historia, no pasa nada.

Quien quiera jugar digame que sí y tendrán mi track de la semana con su historia y me pasan el suyo. Mi correo es laloana@gmail.com, mi messenger es lunaluvina@hotmail.com, mándenme su correo y ¡listo!

Cada semana mandaré un mail a la lista de jugadores con los nombres de lo tracks que mandaron los demás, las historias no, pa cuidar la privacidad ajena.

¿Quién juega?

¡Vamos re bien!

febrero 20, 2008

Ampárame señor (qué risa que me doy)

¿Por qué Dios mío, por qué?

Me quejo amargamente ante mi horrenda realidad. Entiendo que todos tengamos nuestras patologías, que hay gente zoofílica, necrófila, hidrófila, pero ¿no es mucha madre ya ponerme este combo? Y es que los hombres me gustan con una o varias de estas características o pintas:

a) Flaquito farmacodependiente
b) Con ojos (y ojeras) de hijo de puta
c) Con pinta de expresidiario cochinote
d) Ebrio sin culpa
e) Ruco con problemas de salud (si son graves, mejor)
f) "Necesito protección"
g) Cristo de Iztapalapa y/o trapeador volteado (cualquier cosa con mata, malditos noventa), si la calvicie asoma, mejor ¿Canas? = sí, acepto.
h) Intensote y pobre, pero buen poeta
i) Qué bien bailo
j) Sociólogos, historiadores, humanistas, creativos o músicos (maldicción)
k) Por alguna razón, con dominio de artes marciales (¿?)
l) Me caga el mundo y soy re mamón
m) Pero...
n) Eres tan linda que voy a perdonarte la vida y volverte mi vieja aunque te resistas
ñ) Buitre codependiente
o) "No te necesito pero ven pa acá"
p) Pendejo a secas
q) ¿Ya me habías dicho que no te casas conmigo?
r) Suicida
s) Con una ex-novia guapísima, inteligentísima, que sale en la tele o que me odia y/o todas las anteriores.
t) Carne de importación, no kosher de preferencia, si sabe cocinar, mmm... yomi.

¿Tan difícil es encontrar un guey que parezca hijo de puta nomás por lo sensible que es? ¿leal?

Ya lo sé, sí.

A reírse, mejor, ya que mi casa es un cementerio del catorce de febrero, llena de flores muertas y nomás duermo abrazando a mi gigante almohada azul mientras me mira despechado mi oso verde: cárnico.


Por eso mejor les pido, bauticen mi patología.

febrero 11, 2008

Perdido el hilo

La princesa busca palabras nuevas que la inventen. En este mundo nuevo llueve todo el tiempo, las mandarinas son mas dulces, no le ajustan los vestidos -nunca se secan- y mas preguntas tienen respuesta. Las noches ya no seducen a nadie, se han vuelto la cara de esa sonrisa amarilla que muestra burlona los dientes, llena de malicia y estrellas.

Poderes desterrados. Antes podía soportar erguida la peor tormenta, sonreír sin causa, flotar sin corrientes y nunca comprender. Orgullosa se quitaba los guantes para cerrarle los ojos a los malos amantes y no se preguntaba si creer en el amor porque comía la vida de otros alientos. Implacable ante las fallas, digna hasta la muerte. Hasta que la muerte llegó con las primeras gotas.

Ningún abrazo arma ya el rompecabezas, las letras cuestan y una por una van cobrando con justicia lo que tiene que decirse; hay que decir que el destierro fue el fin del cuento y que ese cuento dice la verdad. (¿y que me llevan los mil demonios?)

Salir del limbo requiere que alguien imagine una continuidad. O que la historia siga construyéndose con pasos, aunque sean pesados y no tengan triunfo garantizado. No hay reino ni destierro porque lo olvidado no tiene un opuesto, las sombras necesitan a su objeto y los trazos un primer punto. Un nodo, hay que buscar un llano que -como los de Rulfo- no tenga nada en donde descansar los ojos, saber que los guantes son lindos pero nos esconden las manos y jugar con el horizonte para ganarse la brisa subiendo lo mas posible y poder caer para matar el miedo al salto. Hay que matar a la princesa antes de que el mundo se la coma con su miedo y sus misterios y enseñarla a jugar sin reglas.

Hay que quitar el miedo. Como dice el hortelano, saber que si tenemos pena o si no nos gusta perder nacimos en el mundo equivocado. Rechazados somos siempre, un poco refugiados y malditos, dueños e indispensables.

Este lugar no es un reino porque carece de fronteras y juega con la verticalidad, cavando y levantando pisos o jardines, recibiendo lluvia y dejando que las gotas pinten líneas desde las tejas hasta el piso. El miedo va a tener hambre cuando termine de comerse a la princesa y la mujer fugitiva decida ponerse un nombre. Las escaleras y los pozos vencieron sobre las puertas en un mundo de lodo y nubes. Basta de flotar cándidamente en el medio, ondeando tules suaves que nadie puede tocar.

Y sigo deseando lo inesperado, pero también quiero comer frutos que sembré sin que nadie me los traiga. Este nuevo mundo es de debilidad, muerte y comienza con convulsiones amenazantes.

Entiendo que poner de mí lo que espero a cambio es un trato justo. No asumir ya nada sobre nadie, ni que se crean cosas de mí. Harta de las adivinanzas y los misterios prefiero buscar y responder. Idiomas que no entienda va a haber siempre, quiero aprender nuevas palabras y no olvidar, para oponer este mundo recién descubierto con el siguiente, en otro tiempo, y saber con que me quedo de los dos para fundar el tercero. O el décimo.

Perdida la princesa, encontradas madeja y magia. A tejer.

enero 30, 2008

Post 51, la nostalgia de la tinta y las sorpresas

Tres temas, tres minutos (no es avena), tres días, tres letras: hoy.

Tengo nostalgia de las tres cosas: los libros dedicados, el viento transgrediendo y el trabajo inusual.

Miércoles 23: El voltaje cambia en mi oficina, los reguladores reclaman línea baja/línea alta entre pitidos en un esfuerzo vano de resistencias y fusibles para que nadie note el desperfecto, las máquinas sigan, la tinta caiga y las fotos se impriman. El viento viene a invadirme con gracia de noble victoriana, me despeina, me destempla. La luz tiembla, se resiste y desaparece, mi atencion está cautiva ahora que no me distraigo haciendo lo que se supone que debo hacer.

Calle, más viento. En una extrapolación, el sistema se rebela contra los usuarios. La ciudad se rinde y yo sigo intentando transitarla. Pánico chiquito, como el que describe Javier Marías, que no es panico nomás porque no queremos creernos presas, murmullos de sorpresa entre los otros y la emoción de un día como cualquiera convertido en recuerdo, relato crónica y experiencia. Árboles, derrumbes poéticos que dejan ramas en el asfalto, lluvia, hojas, patriotismo como el interior de un mate gigante.

¿Alguien sabe qué estaría en su oficina si no hubiera una ciudad superpuesta?. La noche se transforma en una adivinanza resuelta entre gotas, plásticos rasgados y pánico de interiores. Me gusta la transgresión de la normalidad cuando el viento decide conquistar de vuelta lo que le pertence y en una escaramuza divertida, recuperar parte del terreno que en guerra poseería al primer embate. Como se ganan los corazones cuando hay amor o la muerte cuando hay espadas. Una estocada y la victoria. Sonrisa, recuerdo, llamadas que no llegan a ninguna parte, polvo, hojas. Solos nosotros, en el autito, en la casa, dependiendo de combustible o baterías que nos amarran a nuestro mundito imaginario. La inmediatez es una puta irónica, y es re lindo ser náufrago a veces.

Domingo 27: Día de libros. Dedicados dos, prestado uno. Todos leídos. Extraño que me regalen libros, o que me los presten, por las dedicatorias. Después de Todo Modo no supe con qué seguir. ¿Eco de nuevo, Calvino, Monzó? No. Quiero algo que alguien pensó para mí porque es como hacer miles de lecturas, al otro, a tí mismo, al autor. Las letras cambian. Todos los libros tendrían que dedicarse. Este año he escrito más hojas encuadernadas que posts en este blog y quiero que se disfruten como me trago yo las hojas cuando alguien imaginó algún párrafo para mí.

Lunes 28: De pronto, de nuevo llega lo emocionante. Todos se fueron ya, la oficina está quieta y tengo un cliente impaciente y torpe. Sacar el cutter, cortar sus hojas de plástico. Vienes, me ayudas. Las dos jefitas con sus cutters, sin guantes y cortando trovicel con todo y sus aretitos y solapitas planchadas. Es como chocar espadas, es que el cuerpo recuerde la precisión necesaria, no mover la punta porque mi milímetro te representa cuatro. Es hacerlo bien. Es como esgrima. Es la hermandad.

¿Corolario?
Estuve por cerrar el blog, no quiero dejar a Marlene en el pasado, como cualquier post, como cualquier suceso. Me resisto igual. Y en una figura patética y ranchera, el cielo llora y el viento se enfurece.


Y ya.

enero 21, 2008

Grietas

A Marlene


La primera vez que me dí cuenta de que tus ojos además de ser grandes eran profundos agradecí no ser hombre, agradecí tenerte cerca y poder mirarlos con naturalidad. Pocas veces ví tanta luz en una sola persona, tanta risa, la vida latiendo que no pide permiso ni piedad.

No dura para siempre. Y me dí cuenta ahora que ya no estás que lo sabías mejor que yo, mejor que todos, gastaste bien hasta el último segundo, riendo, caminando, bailando y equivocándote sin pena porque también de eso se trata.

Se me quedan unos nudos re grandes en la garganta, unos lagrimones de telenovela y la impotencia propia del pobre pendejo que no se murió. Se me queda la felicidad que tenías la última vez que te ví y cómo conocías de cabo a rabo lo que traías -como dicen los niños chicos- en la panza. "No patea de siete a ocho" y luego una sonrisota y los ojos que a veces jugaban y a veces eran profundos como la chingada. Un clavado, un ser tú a través de esos brillitos y conocer otro mundo.

Lo hiciste re bien, y te juro que lo voy a hacer mejor por lo que falte. No va a haber detalle digno que ignore, risa invisible, vida borrosa. Abrazando el lugar común digo que me hubiera ido yo, que te dejo mi tiempo y mis ganas para que no pasen más segundos, para que no camines esa frontera que aún no existe y no te sitúes, nunca, en el pasado. ¿Con quién tengo que hablar? Con nadie. No se puede jugar a eso tampoco ante tal clausura, aunque me niegue a vivir en un mundo en el que no seas la madre sonriente que fuiste, seguro, el ratito que pudiste.

Te debo algo, algo que ambas sabíamos. Hago un trato contigo. Hago un contrato ahora, invisible, jodido y frustrante. No puedo hacer más, no puedo resignificarlo. Ni evitar pensar en lo enojada que estarías, en tu fuerza de cambio. Sí, corazón, está mal. Está todo mal y no hay escapatoria. ¿Qué hacer?

Aprovechar el tiempo que quede, per se. Hacer y decir sorteando estas putadas de la vida. Ponerse a pensar también en todas las cosas chingonas que quedan, en el bebé, en el sol. En la fuerza que viene siempre del mismo lugar y se nos traduce en buscar grietitas para seguir picando, y quitar maleza y respetar las flores. Seguir solo los caminos que no lastiman, porque ya hay mucho afuera como para hacer más polvo. A callar, sentir y gritar. Si hoy de coraje tal vez mañana de gusto.

Te quiero, y lo sabes. Y estás aunque no estés. Igual y un día de estos podemos vernos de nuevo los ojos. Ojala se pueda, princesa con reino. Ojalá.

enero 08, 2008

A vaciar los labios tensos

El rostro contenía la risa, luego el llanto. Descansaba los latidos cada segundo, la respiración. Me negó todo lo que quise saber; el que miente roba, el que calla pasa, flota, se esfuma.

A jalar el hilo que cierra las persianas, que clausura con pestañas la posibilidad de otro minuto, de tres, de otras ramas del árbol que empezamos a trepar. Cortezas, flores.

Soy parte de su historia, un poco su amante, muy su confidente. Azote de puertas, reconfiguraciones, natas complejas que burbujean de pronto en la superficie del pozo. Era yo sin agua cristalina. Era yo con mi vida, era como se dice cuando empieza un año, era como se dice a media migración, como se piensa en el desierto.

Era una verdad de esas que nunca dejan de ser borrosas. Eramos todos mintiendo para sostener nuestros cuentos, engrasando las cadenas para que siguieran más cómodas que correr. La mañana y sus líneas brillantes reflejadas en las manos, en las piernas.

La luz entra difusa, no hay más ruido y flotando en un estado de inconciencia y placer se encuentran partes relevantes de la historia, las otras ramas, los capullos. El sabor del café, la risa y las líneas de lluvia que fabrican las tejas. Tanta humedad, tanto verde, cómo brilla el mundo con viento y sol, como brilla nublado y rugiendo. Y las manitas invisibles alrededor del cuello dejan de apretar porque se olvidan, nada tan importante. Mezclas difusas y mejores sueños. La felicidad parece medirse según lo factibles que creemos los sueños, según lo cerca que los tengamos, según fabriquemos más. Y estas pausas vienen a voltear este balance tramposo e inefable porque nos conceden cosas que no nos dimos tiempo de soñar.

La vida no siempre es laberinto, los rompecabezas no solo se arman con abrazos. El abrazo primero es mío, el abrazo que doy me lleva en el medio. Como la mirada y la voz, como las cláusulas que se me olvidaron a veces sin que te dieras cuenta, como las reglas que no me importan porque no puedo vivir con tantas fronteras.

Si hay magia en cambiar de costumbres, en atreverse a jugar, hay poder en aprender de otras bocas y conquistar otros juegos. Hay chispas en el mundo, hay ceros de marcador que no nos hacen olvidar ni nos mejoran, pero funcionan como separadores de oficinista, letargo para los dedos que tamborlean, silencio para el que quiera jugar al misterio.

Hay lo que queramos hacer de esta vida, que somos fuertes, sabemos desear y disfrutar, hay vínculos, miedos, hay un mundo por comerse y seguirá estando cuando lo olvide y vuelva a llorar. Pero lo sé, me lo demuestra el tiempo, me convencen los dolores, me lo recuerdan las trampas y las complicaciones baratas. ¿Cuál es el gran pedo con hacer lo que queremos y apostar? ¿cuál es el pedo con perder lo que no hemos ganado? Carajo que me siento fuerte.

Gracias por el amor, a todos, a la Furtiva, al Hortelano, a mis hermanos desperdigados por el mundo, a los anónimos, los fantasmas, los que me regalan besos y las que me dicen que también se hacen preguntas sin respuesta. Gracias por el trozo de pertenencia extraña que me toca y por decirme a través de sus miradas lo que me falta por no perder cada día. Por los maltratos y los pedazos de tiempo y las pequeñas cosas.

(¿Será el hormonazo? ¡yo qué se!)