marzo 04, 2008

Mi bolsa se comió el tema o parezco camionero ebrio

Fue grandioso, estaba en el España bailando gipsy punk al ritmo de la Polka Madre cuando se nos ocurrió el gran tema. Luego lo olvidamos, y en un esfuerzo mayúsculo -porque era buen tema- lo recordamos, escribí un papelito y lo guardé.

Buscándolo anoche encontré una cortesía de los girasoles porque me salió un cartón en la sopa, un talón de entrada a un museo, muchos tickets de libritos del domingo, una servilleta que usé para quitarme la grasa del pambazo de las manos, un pedazo de boleto de estacionamiento -en donde me regañó un profesional de higiene automotriz malhumorado- y el teléfono de un ligador sin talento. Todo menos mi tema. Como estaba contenta seguro era sobre amor bonito y/o las cosas del mundo que nos vuelven amorosos (la música, comer flan, sentir el sol, lo simple).


------ El tema ------

-She gets me- dice él.

Y lo escribe tan simple -She gets me- No se trata de la mujer más atractiva o yo, como lectora, no lo sé. ¿A qué huele? ¿Cómo se ríe? ¿Cuál es la textura de su piel? no lo sé. She gets him. Y el se enamora más allá de la sonrisa o los tacones. La importante es lo que el otro entiende de ti, cómo te interpreta y qué va causando esa historia en el intermedio. Las cosas que detonan el cariño están por todas partes, van entrando lentas y se quedan.

No dependen de guías misteriosas ni de perdones. De amores épicos tatuados en piedra, pagados con sangre. Deslavados y mal puestos en repisas polvosas. El cariño se construye con sinceridad, con cercanía, compartiendo y diciendo, los afectos se renuevan o se archivan, hermosos pero lejanos. Hay veces en que nos gustaría, en lugar de decir, esconder directamente nuestra cabeza entre los cabellos de alguien, dormir sobre un pecho que huela a durazno, escuchar un cuento entre sueños, despertar abrazando. El amor se ejerce diario, todo el tiempo. Con el propio cuerpo, deslindándonos y dejando ir, diciendo bienvenidas.

De ahí que, más allá de la vanidad inevitable, cada vez me importe menos si mi cinturón combina o si me expreso, camino y bailo como camionero ebrio. Si he de ganar afectos no será bamboleando la cadera ni pretendiendo ser alguien que no soy. De ahí que el tema fuera grande, paradas entre gente con armatostes de identidad superpuesta. ¿Quién eres? ¿quién soy? ¿No es más rico encontrar nuevos cuentos que creernos lo que nos quieran contar? ¿no es preferible encontrar algo escondido que formarse en la fila de la comida rápida?

Basta de fórmulas. Así soy, quiero y desquiero, amo y odio. Pero soy. Y cada vez más segura.

7 comentarios:

Lahetaira dijo...

Sin nombres, sólo el querer. Ser y ser con el otro, jugar, no lastimar. Eso es amor, del bueno.

Unknown dijo...

Ay amorrrrrrrrrrr ya me volviste a dar!!!! jajajajajajajaja estoy trabajando en un guión para un corto que voy a grabar a final de semestre y creo que has captado toda la multiplicidad de dimensiones en una sóla. Las relaciones humanas son simples, estan basadas en las cosas chiquitas que hacen que sintamos bonito o feo y punto, nosotros somos los que con nuestras chaquetas mentales nos hacemos pelotas y nos jodemos la vida. Keep it simple.

Anónimo dijo...

Con razón somos tan amigas, tú camionero ebrio, yo marinero ebrio. Al menos tú tienes ritmo. Jajaja. Te quiero más que a la mar.

Sergio Lara dijo...

Me formo en la fila de los aplausos.

the drop dijo...

Me inclino frente a tanta sabiduría... Ojala mas gente la tuviera, nos evitaria preguntarnos "who is she?"... Ya lo sabríamos! Un abrazo.

Unknown dijo...

intensota como siempre, un saludo Loana

Silvana dijo...

agueboooo!!!
jajaja como odio la comida rápida!
le quita el encanto a la comida de verdad!!!
mueran los posers!
jajajaja