mayo 08, 2008

Pausas

Apagar la máquina, abrir todas las ventana en deshoras, dejar que entre el aire o salir al aire no delimitado por puertas y pasillos. Quitarle a las noches su mala fama.

No televisión ni música, tampoco luz. Solo nada y la liberación del zumbido de los aparatos. Te mueves, respiras, miras, hueles a algo que solo el otro puede reconocer. También el tacto. Las pieles, los ojos. Somos tan grandes cuando no chocan ondas violentas contra nuestro cuerpo que podemos percibir las que emitimos. Se pone solemne la cosa con unos minutos de silencio, de contemplación barata, sin estímulos estróbicos. Sutilezas, laberintos vistos desde arriba. La propia voz resonando dentro, no chocando contra otro.

Silencio, inventemos un arrullo propio. Un abrazo. El tic tac de cada quien, un ritmo en el que -dentro- la sangre va y vuelve. Siempre distinto.

Tic, tac ¿El tiempo está pasando? ¿Son míos los párpados que siento? ¿Va a llover, huele a noche? Tengo los pies cansados, la boca seca, algo estrujado. Puedo sentir los vínculos como listones, no como trenzas por deshacer.

Ahí estoy, aquí adentro. Y mi alma está -como dice Serres- en el justo lugar de mi cuerpo que atrapan ahora mi tacto o mi pensamiento. Intento repartirla, logro no fragmentarme, escalofrío.

Un segundo, ese segundo. Una canción de cuna.

Silencio.

3 comentarios:

Silvana dijo...

no fragmentarse, me gusta eso.
concentrarnos en lo que somos
en lo que sentimos, en lo qeu queremos.
que dificil librarnos de nosotros mismos.
que difícil.
gracias por pasarte. admito que la ilustración es algo navideña, jeje

Sergio Lara dijo...

Genial. hacerse y deshacerse un poco, ojala se tuviera esa capacidad.

Unknown dijo...

Loana, un gustote leerte, y efectivamente, usted sería organizadora, fotógrafa o cronista de mis eventos sociales... bueno ahí en la foto esa anómala (jajaja) le presento a mis carnales amigos diseñadores del alma, mis meros meros valedores.

Un abrazote mija y saludos.