julio 31, 2007

¿?

¿Por qué no morirse un ratito? lo que dura un silencio, en lo que todo lo demás se acomoda o se olvida.

Es como hacer una pausa sentada en el solecito.

Muerta pues. A ver cuándo revivo.

julio 16, 2007

Chesterton decía:

“Los cuentos de hadas son más que ciertos
no porque nos dicen que los dragones existen,
sino porque dicen que los dragones pueden ser vencidos”



julio 01, 2007

La razón, la emoción y los abismos

Es una triada extraña, asesina y venturosa. Una gelatina de elementos, castigos, recompensas y cosas que sólo pasan en este mundo y que sólo nos pasan a nosotros (nosotros todos, en nuestras burbujas).

Es de esos días en los que quiero escribir cosas que nos hagan sentir bien, explotar, dejar la prudencia de lado y despachar abrazos y besos.

Porque, a pesar de que la razón y la emoción me sitúan en el típico abismo, tengo ganas de sacar el amor que traigo. Un amor que según la razón es vil y estúpido, un amor de traiciones que se dejó ganar por el miedo, uno de esos amores que no merecen nada por estar soñados desde el temor, un amor incompleto, de cobardes.


Un amor que, a pesar de todo, es fuerte y no tiene ganas de morir, que en lo emocional existe.

Me pregunto si mi amor no es igual de pobre, me pregunto si la parte increíble del amor que prometo no tendría que seguir luchando hasta acabar con el dragón que otro trae adentro, pero sé que no sirve; hay imposibles que me gusta olvidar. Este no es uno de ellos.

De pronto creo que, cuando se quiere, vale la pena cualquier cosa con tal de defender lo que se siente, incluso de nosotros mismos. Y si hay equivocaciones, por grandes que sean, intentar recuperar las cosas que queremos de verdad; creo que hace falta estar enteros, quitarnos el polvo que nos hemos pegado en la ropa y seguir andando, porque las cosas no se resuelven huyendo, ni sólo aceptando la propia estupidez.

Casi nunca hay remedio cuando se enlodan las cosas sagradas, pero siempre existe una manera de intentarlo, y el intento sana. El intento o la voluntad son de las mejores curas que conozco contra las heridas o el vacío. Tanto en el amor como en la vida hay que tirar alto, después de las consecuencias. Hay que comprometerse a agarrar un poco de luz y estar bien, para empezar, con nosotros.


Tengo ganas de preguntar muchas cosas ¿no sabías que hubiera estado ahí? ¿no sabías que el miedo se resuelve mejor en conjunto? ¿no sabías que puedes hacerlo mejor? ¿no sabes que alguien cree en eso? ¿que alguien cree en tí? ¿no sabes que dentro de cualquier herida hay amor?

Lo que duele, justo, es que el amor se salga por la herida y nadie, ni el de la espada, le ponga un remedio. Ahí es cuando uno se cura solo, aquí se llega cuando no se tiene miedo. Pues bien, le temo más a ser la hiriente que la herida. Prefiero ser vulnerable al dolor que joder a los demás. Suficiente daño hago sin darme cuenta como para darme el lujo de hacerlo a sabiendas. Y si me equivoco, intento. Y si me lastimo, me sano.

Es un día de repartición de razones y elementos, un día de ruegos, amor y desamor. Un día en que las cosas no parecen tan resueltas, desde el abismo para arriba.

Pero la estadía en el abismo debe ser útil. Y si se perdió la guerra, hay que recuperar algo. Arregla lo que está en tus manos, logra que lo valioso no se pudra.

El último intento es igual de útil pero es el más valioso, significa lo mismo que el primero, la voluntad de continuar, ahora o después, con este u otro corazón.

Podemos equivocarnos, pero aceptarlo no sirve si no se hace algo al respecto, ahora o después. Lo que es imposible es situarse en el vértice en el que siempre sale mal, en el que cedemos ante cualquier problema.

Yo le ruego al amor que haga algo por los amantes incompletos, que abran los ojos, cierren la boca y demuestren haciendo y sintiendo. Sólo hay que caminar hacia donde se quiere llegar, porque caer y regresar al inicio es más difícil porque sabemos lo que perdimos.

La historia que aprendimos no es la más sencilla, nunca. Y sólo el mediocre se queda con ella. Y no quiero que me demuestre nada nadie. Quiero demostrarme yo que aún tarde y aún en otros ojos, el yo que vale la pena de los demás es capaz de manifestarse y mantenerse. Quiero creer y convencerme de que el amor es posible, aunque no lo sea hoy para mí.


Ya lo dijo el José González
Crosses

Don't you know that I'll be around to guide you
Through your weakest moments to leave them behind you
Returning nightmares only shadows
We'll cast some light and you'll be alright for now
Crosses all over, heavy on your shoulders
The sirens inside you waiting to step forward
Disturbing silence darkens your sight
We'll cast some light and you'll be alright for now
Crosses all over the boulevard
The streets outside your window overflooded
People staring they know you've been broken
Repeatedly reminded by the looks on their faces
Ignore them tonight and you'll be alright
We'll cast some light and you'll be alright


Porque en la calle sigue lloviendo o saliendo el sol y los días no dan tregua. Porque hay que aprender bien las cosas importantes y hacer hasta lo imposible. Si no se puede, convencerse de que era imposible. Chale, hay que dejar el alma.

Y si no se deja el alma, y si no se quiere, si no se ama la única condición es decir la verdad. Decir no te amo es un gesto más amoroso que la mentira o los enredos. Quedarse con lo que que no sirve, con el segundo puesto de la lista es igual que no hacer nada, es conformarse, es perder antes de hacer la apuesta. Hay que apostarle al sí, a la existencia de lo posible como milagro cotidiano, al caber en otros ojos sin condiciones. Hay que saber empezar, y continuar y retomar, hay que saber empezar de nuevo. Lo difícil es hacerlo bien.

Drenemos, dejemos de ser un peso muerto. Hay que hacer en lugar de prometer, vivir en vez de soñar. No sirve desear las cosas que no queremos conseguir, y si lo logramos hay que defenderlo; me defiendo con adivinanzas, con laberintos y sugerencias. Me defiendo de mi orgullo, de mi incapacidad de pedir de nuevo. Me defiendo pidiendo imposibles, parada en mi puta roca en medio de la nada, pidiendo para asegurarme de que no hay eco, llamando a alguien que no está en mi proclama solitaria de la épica, en mi trono del laberinto que no se derrumba, me defiendo de lo posible con imposibles.

Funciona cuando quieres seguir esperando que el amor exista en las mismas u otras manos. Es mi única solución por el momento. No sé lo que el eco me haría. No sé.