diciembre 25, 2006

De cómo aprendo a besar mi boca/

/a través de otra boca.

Las conversaciones de estos días irremediablemente me acercan a un vértice: el cuánto se hace por los demás y bajo qué premisas. Qué tanto hacemos por nosotros y en dónde está esa línea imaginaria que divide lo justo de lo excesivo o lo propio de lo extraño. ¿Por qué se diluye el yo en nosotros o en tí -él, ella, el otro-? ¿Cómo reconocer esa frontera que, traspasada, hace que las cosas dejen de estar bien?


Como cualquier amante, he dado demasiado. Como cualquier persona, he recibido más de lo que creo merecer. Como muchos he sido ciega ante el amor de los otros, grosera, incapaz de manejar cristales frágiles y brillantes que me han puesto en las manos. Estas dagas delgadas que tienen nuestro nombre y que sirven para que, con la propia mano sean clavadas en el corazón, para sentirlas a cada aliento, porque queremos sentirlas.

Y no puedo evitar hacer la pregunta del millón, la que posee todas las respuestas sin que alguna sea correcta ¿cómo se hace? ¿cómo reconocer lo que sigue?

¿Cómo abandonarse de vuelta ante la resonancia y solo escuchar, sentir el cuerpo que vibra, cerrados los ojos, sin cantar también todas las desventuras? ¿Cómo enfrentar a todos esos amores abandonados y las ruinas de nuestros futuros sonriendo?

No sé. No conozco esa frontera. Solo una vez empeñé mi bienestar perdiendo y, al final del día gané más de lo que esperaba. En otro idioma, uno que se hablaba solo en mi tierra. Tengo una tierra y semillas para sembrar, ojos que miran, un corazón que -algunos días- parece poseedor de la épica y que -otros- es cobarde y se repliega. Tengo miles de preguntas para el amor, y se las hago a quien comparta el corazón conmigo, aunque no exista la respuesta. ¿Es cobarde buscar esas respuestas con la boca y no con todo lo demás que puedo decir, de otras maneras?

El límite está en la voluntad. Aunque se supere la frontera de lo posible. El punto con el amor es ese, que logra lo impensable y termina así, nomás, como empezó, en medio de una revuelta repentina. Cuando se nota lo perdido que queda el objetivo, lo lejos que se estaba de las estrellas, la ganancia está en lo que el corazón perdió y en cómo pudo hacerlo. Sin dudas, con certezas. Por eso que cada uno hace siempre lo mejor que puede. Por eso que el daño no sea culpa de nadie. La cosecha siempre es del que da, en la medida en la que ha entregado amor a cambio de dudas y vacilaciones.

El acto de amor es entregar a pesar del miedo, abrir las puertas de la bodega de cristalería y decir al otro: ¡mira! ¡mira lo que tengo dentro!. Y hacerlo no significa que nada se rompa. Significa que el ser observado, desde dentro, valía cualquier terremoto. Generalmente el elefante sabe comportarse y aprecia los reflejos transparentes, y si algo se rompe, lo importante era, de cualquier manera, lo que estaba mirando ese querido intruso.

Es demasiado dar sólo cuando se da sin amor. Y que caigan maldiciones en el que lo haga, porque hay que saber probar y medir lo que se nos ofrece, hay que ser dignos de los regalos del otro, sin venenos y sin medidas. Cuidémonos de abrir las puertas a pesar de todo. Cuidémonos de ganar, aún perdiendo.

Y así, con las llaves en la mano, evitar la cantaleta de lo que hizo el último visitante. El otro, los otros del pasado que, a fin de cuentas, han reconfigurado lo que queda para ver y lo han reacomodado para ser visto. Por estos u otros ojos. Por cada mano. Cuidémonos de que los demonios puedan también entrar sin causar daños, de reaprender los besos y las bocas, de reconocer otro tacto y saber que estamos en otra estación, con un olor distinto y con otro cuento para contarnos.

Aunque sea solo nuestro cuento que se topa con otro que quiere el mismo final.

Aunque el final sea diferente y la sangre corra, a pesar de las promesas infinitas de la vida que siempre nos cambia el juego.

Hay que jugar ahora y hacerlo con todo.


Hasta los ahogados se ven mejor con algas y estrellas de mar en el pelo... son sabias las profundidades, que dan mucho pero exigen todo ¿Cómo vivir entonces?

Como dijeron el Silvio y otro querido personaje:

a) La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes. Los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar.

Y,

b) El amor es el trayecto (carajo, cada vez le encuentro mas aristas a esta maravillita de frase)

O, ya sabinosos, ...porque el amor, cuando no muere mata, porque amores que matan, nunca mueren.

Ya como postdata, ¡viva yo! que me encuentro con tantas ganas de apostar y perder sonriendo. Aprendí del cataclismo y no me arrepiento de nada. Ni de lo hecho ni de lo que pienso, atesoro más lo que deseo porque hay una fuerza que lo alimenta y sé que es brillante. Porque conseguir mi deseo no depende del amor que otros tengan para darme, sino del que puedo dar, hacia dentro.

Toca la puerta si no hay llaves. Que siempre hay alguien para dar o negar el paso.

Caray ¡qué bien! Y tú, que te peleas con las consecuencias, y tú, que no lo haces: la cosa está en lo que nos dejamos para nosotros, mientras dejamos para los demás.

(De verdad que no estoy en el club de optimismo).

diciembre 05, 2006

Tresnueveveinte palabras


Para decir que este invierno -el primero- no me gusta, 3-9-20 para decir "Sí, está cambiando" y cincuenta para que no importe.


3-9-20 palabras para callarme, hacerte escuchar, entender que lo que pasa nos pasa a todos.

A veces, como hoy, ni una hace falta.

3-9-20 y sigue importando más el otro lado, el que brilla, el que ignora al portador aunque terco se manifieste.


3-9-20

50
20,000 mientras las bocas continúan más bulliciosas en silencio, confiando en los ojos de los otros que no se cansan de mirarnos esa parte que da miedo, que hace reír, la que construye.

3-9-20 para descubrir caminos entre laberintos. Y un silencio para armar rompecabezas que fueron de otros abrazos, que hoy son de las ausencias y que pueden ser todos nuestros.

Nada es tan difícil, opaco ni perdido, todo depende de quién lo mire y cómo. De si eres princesa o venadito. Depende de las alas y los ojos, de saber que lo que puede verse es posible.

noviembre 19, 2006

Muerta de frío digo:

No nos comportemos como si nunca hubiéramos tenido alas, como si no pudiéramos volar, porque sabemos de sobra solo se trata de eso: extenderlas y ¡al aire!

Buscar y mantener amor, belleza y placer

¿Buena receta? No sé

¿Me funciona? Creo que sí.

noviembre 08, 2006

... que lo parió

Si es tan sencillo como esto:

No puedes desear tener las manos frías cuando hace calor, ni tener las manos calientes con el cuerpo frío. ¿Cuál es el maldito punto con las contradicciones? ¿Por qué siempre querer lo que no se puede?

Pues sí (aunque esto amerite un "pos sí"), las cosas no solo son lo que son. Se componen de lo que son y a través de lo que imaginamos de ellas. Desde ahí adquieren la fuerza que tienen en nuestros caminos. Mirando fotos de muertos, por ejemplo, encuentro lo que eran y las imaginaciones que se destruyeron con su partida, que duelen.

Así con todos, de todas las maneras. Es probable que se ame más lo que se imagina, porque parte de una semilla, pero eso no quiere decir que se ame falsamente o imaginando. El problema estriba en la capacidad de contar cuentos, de hacer grande al otro y decir: espero. Y esperando se llega mejor porque siempre existen más futuros, más posibilidades; amo a mis imaginaciones, pues, porque aunque se alejen de mi vida se mantienen abiertas desde que los futuros y las capacidades no dependen de mí. Creo en la felicidad que imagino en los que quiero, y en la que pienso para los demás, los anónimos.

Sé que nos vamos a encontrar, te digo a tí que no se quien eres, porque lo imagino y es posible. Nos veremos pronto.

Chale.

Y, sí. Alguien entendió la película completa y la escribió, un cuento estructurado entre pedazos de historias raras y verdaderas. ¿Por qué no se me ocurrió solo a mí?

Y, más allá de eso ¿Por qué no imagino que la lectura de ese texto cimbre a alguien tanto como a mí?




octubre 31, 2006

Queridos personajes:

Xamirú

No he tenido tanto que decir. Me ha atacado la rutina, y de pronto las sorpresas. Descubro mundos pequeñitos que se me atraviesan. Extraño también mirar lo que escribes, aunque sea la última y no la de ahora. No me abandono, de eso estate seguro, me abandonaré probablemente el día en que responda otro tipo de llamados. Es solo que de pronto me hago más caso que de costumbre, y a lo demás. Descubrí, por ejemplo, que este blog nació de una necesidad que tuve de distraerme en "otras cosas". Y ahora otras cosas no son esto necesariamente, aunque note que me importa que salgan acá letritas y que esto signifique otras, muchas cosas más, muy lejanas de mi objetivo inicial.



Anónimo

Creo que alguno de estos viernes pude escuchar las historias que me ofreces gracias, sí, a la casualidad. Tal vez tenías otros cuentos que no he escuchado y, si ese es el caso, quiero la segunda historia (no entiendo muy bien porqué, si nunca me han gustado los finales y sí los suspensivos). De cualquier manera, creo que hubo más de mí que lo que leíste y más de tí que lo que dijiste. Fue lindo el espacio de la suerte, bonitas las palabras y sí, al otro día, reparé en que habían sido muchos pasos dados hacia otros lados los de la casualidad.


Me gusta la vida cada vez más. Me gusta la gente que está en mi vida y cómo se van transformando las circunstancias, los placeres, los caminos. Quiero no dejar de caminar. Y si eso me aleja de pronto de otros puntos ¡ni hablar! Para lo imprescindible siempre hay oportunidad de volver. Y si no, no era tan importante.

octubre 09, 2006

Capturados y captores

Las calles siguen con otros, la gente va y vuelve, como lo que nos importa. De pronto, cuando las cosas pasan tan deprisa, piensas en recurrir a los que están contigo. Así nomás se te olvida el "no más" y así de pronto, también, vuelven aquellos a los que te desacostumbraste a punta de pistola, los que olvidaste gota por gota. Así como si nada. El mundo es un lugar extraño. Mi mundo no tendría por qué ser normal.

Por arte de magia pasan cosas malas, cosas brillantes y confusiones, sin que pueda caber un movimiento evasor, sin un aviso. La vida sigue gritando que tiene el poder, aunque intentemos navegarla. Es más fácil y más rápido destruír que construír. Y no siempre es más fácil hacer lo más fácil, aunque suene re pendejo. El que destruye se pierde las noticias de las reconstrucciones en su ausencia. Se pierde la mitad, lo otro valioso, el complemento. Lo que otros viven y aprenden. Bah. Suficientes demoliciones, suficiente tristeza. Tristeza profunda, de pasados y de presentes, tristeza que llora futuros y llora a los demás. Tristeza que entiende, que se levanta sobre si misma, que muerde y es capaz de revertirse, pero que pesa. No sé que tanto es por los demás, hasta donde me duele la indolencia ajena, la facilidad con que otros hacen daño. ¿Qué pasa dentro de esas mentes, dentro de esos corazones? ¿Somos todos espadas de doble filo?

¿De verdad no puede quererse sin dañar, mejorar sin llevarse a los otros entre los rieles?

No quiero ser soporte de nadie nunca más. No sin una historia constructiva, sin el amor del intercambio. ¿No esperar nada? ¿quién puede hacer eso?

Nos vemos en el infierno, pues.

octubre 02, 2006

Frases tempranas 2006

Este año varias tormentas con arcoiris. Premisas. Frases. Miedo y una extraña sonrisita que solo se me quita cuando cierta persona se me acerca. O la acerco. Curiosamente cuando más ganas tengo de sonreír.

Calvino:

"Sólo después de haber conocido la superficie de las cosas -concluye- , se puede uno animar a buscar lo que hay debajo. Pero la superficie de las cosas es inagotable".

Grande ¿no? y resulta que, de vez en cuando, ni la superficie es suficiente. Quisiera ser un poco de miel, con amargura y sal. Quisiera ser todo para ofrecerlo todo. Pero ni toda yo soy suficiente a veces.


Otras, de mi "querido diario" (jaja):

He descubierto que cuando dañamos a los otros, de cualquier manera, el principal ofendido es el ofensor. Cuando causamos dolor, el dolor primero y de peor cicatriz es el propio. Queriendo o no. Intentando descubrir o no, con todos los vendajes que se pongan. La llaga, aunque no se sienta, está ahí, en algún lugar del que carga el arma. Doliendo, guardando pagarés.


Y, sobre la lealtad hacia los desconocidos:

¿Quién queriéndose jugaría a ser otra persona? ¿quién a ocupar un lugar en una historia inconclusa, fantasma? ¿qué mujer a estar con un hombre que tiene repartido el corazón? ¿quién a ser un motivo, no persona? Solo quien tenga una historia para creerse.

Cuento injusto, con quien sufra de por medio. Es decir, solo quien está dispuesto a hacerse daño. Y eso implica dañar a los demás. Pude estar con un hombre que ya no quería estar con su mujer, pero que tenía el corazón prometido. Pude estar con él a sabiendas de ese otro corazón en espera, ignorante de los latidos de mi corazón, de las punzadas de mis piernas y la sed de mi espalda. Ignorante de mis motivos, amando al acompañante aquel, amante no mío, aunque espejismo. Y no lo hice. Y eso, a fin de cuentas, fue un acto de respeto. Y no me arrepiento.



Para terminar, casi:

La mejor manera de vivir con amor, la mejor manera de recibir cariño es -hasta ahora y aunque suene a moraleja de separador- vivir amando. Amando lo que se pueda con todo lo que se pueda. Amar en el absurdo o en el susurro. Amar con favores pendejos y con trivialidades. No dejar de amar lo amable. Aunque a veces canse. Es mejor seguir a pesar de las cargas incomprensibles que convertir en odio el amor. Hay que exprimirlo como a una fruta. Como la última fruta con sed. y, si queda alguna duda, alguna gota, amar hasta la sequía. Y estar ahí para el amante que nos elige. Hasta que se marche todo signo de fertilidad. Hasta la certeza absoluta de no estar perdiendo algo valioso. Dentro de uno y el otro, en esa masa amorfa que se llama "nosotros".


¿Conclusión?

Feliz por amar como amo, tal vez más equivocada que todos. Queriendo exprimir las gotas, no cargar con dudas. Los chances deben ser tomados si son coherentes. Los caminos, hasta que se tenga la seguridad de que se está equivocado. Si se lucha, debe ser con toda la fuerza de la palabra, no replegándose ante el primer tropiezo de la fortuna, ni el segundo. Y al último regresar. No caer. A fin de cuentas sabremos cuál camino estaba equivocado. Tomar decisiones más altas y más nobles. Y, como cuerpos, en términos reduccionistas, no aceptar un amor a medias, ni ser amados por nuestro ser acostado. Amar y enamorar de pie. De frente. Con la palabra, la mirada. Nalgas hay muchas, escapes también. Amores sí, pero nunca cobardes, nunca mal contados o a cuentagotas. Ojos como los míos, mi voz, mis caras malas o las reacciones que tengo, de noche, cuando quiero abrazar a quien amo, no existen en otro lugar. Y están aquí. En espera de que alguien las comprenda antes de decirles adiós, de alguien que intente cansarse de la superficie.

Y, ya con esta me despido. La vida de ciudad es una farsa. Los días acelerados son una mentira. Se puede vivir, igual o mejor con menos prisa, haciendo más. Comprobado. La pregunta es ¿de verdad es TAN importante? Parecemos no poder vivir si no igualamos a los demás, esta absurda carrera por vivir peor me marea ¿y qué si pasa aquello tan espantoso? ¿qué es lo peor? Las preguntas son, a veces, salvavidas. Y prefiero reirme que morir de un infarto. Cansarme de ver, no de omitir todo para llegar a un punto determinado por la vida prefabricada que se lleva en la ciudad. ¿Tenemos que ser y reaccionar igual? ¿buscar todos las mismas cosas? No tiene sentido.

Pesado ¿no?

septiembre 20, 2006

Constantes universales


Me sigue gustando Tool, canto en el coche con todo y mis camisitas. Mis hijos siguen ahí, en el futuro, aunque haya perdido ya a los mejor delineados. Todavía desaparezco cuando no tengo mucho que contar, o cuando mis historias están en los extremos. Me gusta llorar de noche aunque me prevengan las voces amadas y los ecos punzantes. Y, mis ojos, esos de las historias que no son mías, miran igual. Pero dicen otra cosa entre estos vuelcos. Sigo queriendo y amando, con todo y los silencios. Mis ganas en pie, el horizonte acercándose en un juego sin sentido, sintiendo. Extraño el juego de "te extraño, extraño", pero necesito otras cosas también.

¿Alguien quiere jugar a la vida? ¿Alguien sabe jugar?

¡Hagan sus apuestas!

Y ya.

Veracruz, la comunidad López Mateos. En la "Selva del Marinero", con una mujer querida, cosa para probar y revivir.

septiembre 03, 2006

Los sueños. Sus caminos

Hay muchas maneras. Algunos tienen un objetivo claro, con detalles infinitos: la tela de las cortinas de la casa, el olor de la manzanilla para el té de las mañanas, la cantidad de almohadas y las coordenadas de la felicidad del futuro. Se puede pasar por cualquier calamidad, se aguanta todo. El camino está delineado con espinas y castiga al que se desvía. El perdido sufre o medio vive hasta que recuerda el plan inicial y endereza los pies. Son sueños tan duros que a penas parecen sueños, que sólo se recuerdan porque con un movimiento equivocado una espada rígida lastima por dentro. Sueños tan perfectos que ahuyentan el amor que se les atraviesa para no distraerse, y si llega y lo aceptan siempre hay algo que lo repele. Son sueños blindados, brillantes, que valen todo porque pueden perder todo lo demás.

Supongo que son buenos sueños. Envidio al que tenga uno así, que justifique cualquier salto, cualquier "lack of love", cualquier abismo. Sueños magnéticos, deseos que, con el mundo en contra, logran encontrar el rumbo y caminarse aún sin pies.

¿Qué voluntad puede interponerse? Ninguna.
¿Qué motivo es suficiente? Ninguno.
¿Cuánto amor es necesario? Ni todo el del mundo alcanza. No es posible ni acompañar al que sueña, porque su deseo es de nadie más. Es necesario querer desde el otro lado del abismo, enviar cartas, mandar besos. Es imposible darlos.

Nada que se le ofrezca al soñador en cuestión va a disuadirlo de buscar aquello. Aunque no esté en ningún lugar. Cuando se logran son los mejores, aunque haya visto pocos hasta ahora. Perfectos con cara de cirugía, pero logrados, con soñadores sin sed. Cuando no se terminan dejan una estela de esfuerzo y tristeza. Y lo que corta la espada va cayendo, y se pierde, y no hay nada que hacer ¿Qué pensarán de lo perdido? Lo valen, cuando se logran.

Soy una soñadora modesta. Del ala oeste, con blasón para el camino, no para la torre. Supongo que soñando construyo lo otro y, aunque suene mal, para mí la felicidad está en donde cabe la posibilidad del deseo. Desde que deseo estoy viva. Nunca he tenido un final como el del guión, pero he sido muy feliz soñando lo que viene, estructurando, construyendo pequeños castillos de arena. Se caen, pero siempre puedes hacer uno mejor. Es la misma progresión pero por turnos. Sueño duro junto a otro, reemplazables, disfrutables pero nunca imprescindibles. Podemos ser más que una cosa. Podemos llegar a más de un lugar. Los ruegos no caben porque, aunque variables, los deseos son enteros. Inmutables mientras viven. Y mientras vives.

Siempre quiero más, pero quiero lo que puedo ver, sentir o imaginar. No tengo un sueño específico que rellene el horizonte. Alguna vez leí algo que puede resumirlo: "El amor es el trayecto"

Y, por cierto. Tú que estás aquí. Que me lees ¿quién eres? ¿cómo llegaste aquí?

agosto 28, 2006

Sí,

Que el amor se vaya al carajo ¡Si buena para las predicciones siempre he sido! Lástima que sea tan mala para el amor.

Y quédate con tu pasado. Yo, aunque sea mío, no lo quiero.

agosto 27, 2006

Y, por mí

El amor puede irse al carajo. El amor de "pareja", sea de patrulla, de cama o de heriditas.

De cualquier manera ¿se puede querer con el corazón hecho hilachos?

Y, el día que quite esta madre de acá, es que de verdad me pasó algo bueno.

agosto 24, 2006

Las dudas

Casi por casualidad he dormido estos días junto a un reloj. Parece que la luz lo silencia y cuando comienza la verdadera noche, sin watts de por medio, me canta. Me canta historias tic tac/tic tac/tic tic tic. Y me da por imaginar el futuro, imposible no pensar en el siguiente tac mientras Palomar mira el cielo.

Y el futuro resulta bien distinto a lo imaginado, y no importa. Y mi pliego petitorio para la vida sigue resolviéndose en mis manos, antes de pegarle el sello y babear la orillita del sobre.

Solo una pregunta ¿al destino? ¿a mí?

¿cómo hacer para sacar el enojo del futuro? ¿se puede?

agosto 14, 2006

Naranja dulce


Partida en rodajas y a la mitad. Aros de humo saliendo de mi boca. Los trozos de café que quedan en la lengua con el último trago. Pelar huevos cocidos. Limpiar un vidrio. Pintar las uñas. Brincar con Love and hate. Un baño con agua muy caliente, con tiempo y sin culpa. Los ojos de mis hermanas. El abrazo. Las uñas limpias. La satisfacción después del sexo, o después de un grito. La sonrisa matutina (la increíble mientras se siente).

Colores que mezclados dan el único tono buscado, estampitas de vinil arrancadas con la uña, caminos, palabras y alientos. Me siento sola y bien, con una tanquilidad brillante, que no se nota ni tiene que notarse. Sin miedo de decir las cosas, aceptando lo que venga porque ha sido decidido, porque puede sortearse y disfrutarse. Asi, tranquilita y más parada dentro de mí que nunca. Más Loana.

Gracias Niñas.

agosto 07, 2006

Mi país

Me duele. La policía va contra maestros en Oaxaca. Los medios linchan. Las tomas de los noticieros no narran la represión, ni el mal gobierno. No hay hambre ni falta de educación. Los medios creen que pueden acostumbrarnos a mirar la pobreza como algo normal, y que los pobres van a vivirla como si no dañara. Enfocan, con morbo, una miserable caja de bombas molotov caseras, hechas con botellas de refresco y franelas para probar la malicia terrorista de los maestros.

¿Qué tan maligno puede ser un docente inconforme (con toda la razón), en un estado de la República (me arrepiento de esa mayúscula) sumido en una miseria que puede subsanarse con los movimientos precisos?

¿Es necesario que agentes entrenados golpeen y dispersen a un grupo de personas que están reclamando algo legítimo? (incluso ilegítimo, no es aceptable la violencia de mexicanos con uniforme contra otros. Y nos asustamos de la guerra. Sólo porque de lejos es más fácil ver) ¿Está bien que bajo mandato unos golpeen a otros, sus iguales?

"Dispersar manifestantes" es una frase dolorosa, asquerosa, que hace temblar el puño. Y, en la radio escucho a una mujer diciendo que el secretario de gobernación se tardó en dispersar a las personas de la asamblea popular y del magisterio oaxaqueño. Las fuerzas estatales no tardaron tanto y los "desalojaron". Disparos ¿sangre? no sale en la tele. Porque atentan contra el equilibrio económico del estado. Porque asustan al turismo. Porque quieren sacar del puesto a un gobernador negro que no pudo embriagarse a gusto en la Guelaguetza.

El turismo, en circunstancias más lógicas, es menos importante que el bienestar de la población. A cualquier ser en sus sano juicio le asusta más la miseria que la manifestación de las ideas.

¿Salidas políticas?
MIS HUEVOS


En estos casos es necesaria una salida que no permite alternativas, la de la justicia general, el bienestar lógico que no alimente a estos nutridos (pútridos), que no buscan más que su bonanza, que creen que el resto puede, "estudiando", acceder a una vida "digna" con un trabajo miserable en alguna fábrica o de técnico en licuadoras, con el hambre del asalariado, compartiendo la miseria con el 70% del país.

El mismo discurso en Reforma, en la Ciudad de México. "Secuestro de la ciudad", tomar la avenida bonita, hecha para trackers, para acampar y comer sus mierdas de torta de tamal.

Como bien escuché
"Democracia en construcción, disculpe las molestias que esto le ocasiona".

Los medios, los poderosos, los del presupuesto, desacaradamente, como sanguijuelas, arremeten contra los manifestantes, entre los que estoy, atacan a los que piensan diferente y, la única diferencia es ¿en quién estamos pensando? ¿en qué? No hay centro comercial en Santa Fé, ni Starbucks en satélite, ni antro en Lomas Verdes o, para los pretenciosos fuera de centro, Sanborns en San Pedro de los Pinos que valgan seguir manteniéndonos sobre el hambre ajena, sobre niños desnutridos, sobre casas de lámina y amibas.


Pero pausa. Miedo. Algunos de mis amigos (los menos, gracias al cielo) han votado por Calderón. Además de eso, están dispuestos a "defender su voto". Eso me da más miedo. Más que Calderón. ¿Qué pasará con ellos, que de verdad creen esto?

La frase del "país dividido" nunca me había atemorizado tanto. Creo que el estado, después de la lavada de cerebro, va a usar la fuerza contra los que nos atrevamos a seguir. Y, más que temer a los golpes, a la sangre o al "vulgar display of power", temo a esa parte del país que cree que, efectivamente, el "desalojar a los manifestantes" (si a golpes, tiros o gas, da lo mismo) es una vía digna de consideración. Hay quien pide, en cadena nacional que se desaloje (obviamente, con violencia).

El TEPGF encontró irregularidades en casi el 10% de las casillas QUE FUERON IMPUGNADAS, las que no tuvieron petición de revisión no serán abiertas, aún si tienen errores evidentes ¿No es esa una duda razonable en una elección tan cerrada? ¿Y EL CRITERIO?

No lo creo. No creo que los llamados a actuar con "cordura", respetando el "estado de derecho" puedan, como hacen, llamar a la resignación. Apostando a dos opciones: O se cansan, o se asustan y ceden por el bien general.


Y no. El bien general significa otra cosa. Claridad, para empezar. Y, ante los llamados a usar al ejército, o a las policías, el término más que nunca debe ser sinónimo de RESPETO. Este acoso a Encinas para que "remueva manifestantes secuestra ciudades" es una intentona de manchar de sangre manos ajenas, panistas. Que asco me da. ¿¿DEVUELVAN REFORMA??

Qué asco que las personas puedan defender tan burdo ejercicio chueco de poder con tal de continuar comprando en centros comerciales y paseando por Reforma, ahí donde el reflejo de los corporativos no te deja ver a los que caminan junto a tí, que tampoco viven dignamente. Así nomás, hay que ver el sendero del peje. Hay que pensar con calma y actuar consecuentemente.

El papel del Estado es mantener y GARANTIZAR la paz. Así que: ¿sangre, fraude o vialidad? El Estado no puede reprimir, no puede "retirar" no puede hacer cosas que atenten contra la integridad de los cuidadanos. Es OBLIGACIÓN del estado respetar, escuchar y actuar.

¿Qué hace el estado traicionando a la población?

¿Qué hace el ejército rondando los campamentos de manifestantes?

Y, aunque hay quienes se creen lo de la tele, y griten que nos maten a todos, por jodidos, nacos, incultos y para acabarla de amolar secuestradores, no es admisible. Tampoco una dignidad DEL PAÍS de menos del 10%.


AQUÍ NO ACABA ESTO


VOTO POR VOTO

CASILLA POR CASILLA



Y, si esto genera "violencia" es muy fácil terminarlo. Con una decisión que fácilmente puede tomarse a partir de lo ya visto. Recuento de la elección.

No a la imposición, no hay que conformarse con esto. No es digno, no es viable.

Hay que apagar la tele, el radio. Pensar por nosotros y decidir qué estamos dispuestos a hacer. Carajo. Es nuestro país, es nuestra dignidad.


julio 28, 2006

It is a numeric life: We all lie, all the time

It is a numeric life: We all lie, all the time

Nunca voy a ir a los toros

Tampoco avisaré las ediciones (llegaste muy temprano), ni me haré ciega cuando revisas mis letras en busca de un misterio, sin sílabas de por medio. Hoy no tengo palabras para nadie, ni cuentos ni sinceridades. Me canso. Y callo. Y no me gusta la sangre, ni los ojos, ni el frío.

Y los kilómetros importan poco cuando escupen las mismas verdades en versión 3.0. Tampoco los cables ni las ausencias. Hoy no voy a ir a los toros. Tampoco juego a la princesa. Me quedo en casa, quietita, haciéndole preguntas al pulso que en morse me da los adjetivos que he de ponerme. Sin tantas letras, sin tanto frío. Hay murmullos que no caben bajo las pestañas mas espesas.


julio 27, 2006

¿Es malo hacer promesas?

¿De amor, de secrecía?



Creo que es mejor hacer preguntas. Responderlas o taparse los oídos.
Estar atento a los oleajes del destino que bien pueden sortearse cuando los vientos permiten, cuando los capitanes escuchan, miran y pulen por ratitos su embarcación. Siempre mas fácil lanzar estrellas (ninjas o de mar, el objetivo es el mismo), quejarse del clima y de los huracanes que nos alejan: no tomar el timón. A dar la vuelta si es necesario reubicarse, a pararse y sentir los cuentos que nos escupe la brisa según los nudos. A desnudarse y hablar, dejando las espadas. Compartir muslos, ojos, a masticar besos en la defensa (ya lo había dicho) de lo inexistente. El amor está en quien lo navega, en quien lo dibuja y en quien lo cuenta.

Si, frágil la mente, los ojos que no quieren dejar de mirar, el silencio que se enoja con su aburrimiento. El pulso contrarresta; las palabras válvulas, historias sencillas, hermosas y ya de la princesa. No van a salir. No van a entenderse aún después de cien relatos. No van a dañar a nadie, no pueden. Aquí no hay alfileres, no guerra, no paz, tampoco. Aquí hay distintos mares y veinte puntos cardinales, noventa amantes y un corazón.


Revisiones sobran, el público es cualquiera con el deseo de mirar, sesear por las palabras como si la verdad necesitara un pergamino, buscando la constitución de las inconsistencias. Natas, algas y piedras se adhieren al casco de la fragata, con tormentas detrás, peseguidoras de la muerte, del ronroneo de la tierra que reclama. Sangre mía no caerá. Mi quilla es fuerte, mi columna. Pueden romperse olas de cada mar en mi espalda sin doblarme si de comer mares se trata, mis manos rodas, mis dedos proas cuando estiro lo que puedo.


No tengo miedo de comer arena.

¿y la tripulación?

(Hace daño ver películas de piratas)


julio 24, 2006

Domando ovejas pachonas

Diana sueña que calmo ovejas con una canción. Los demás tienen miedo. La cargo, y después de un abrazo baja tranquila de mis manos; ellos, los indeterminados de cualquier sueño están en paz. Ella se sorprende. Eso en tiempo de desiertos, de canciones para mí.


Días de abrazos vacíos, días de un amor enrarecido, opaco, notorio. Dedos tensos alcanzando secretitos, acariciando historias, tapando los ojos, sacando la lengua. Más puntos que comas a la hora de contar, en el cobro de las cuentas. Fácil, raro, puntual, con lo incierto y definitivo de las lluvias, temblando como luciérnaga la vida.
Brillante.


And it rained all night and then all day
The drops were the size of your hands and face
The worms come out to see what's up
We pull the cars up from the river

It's relentless
Invisible
Indefatigable
Indisputable
Undeniable

So how come it looks so beautiful?
How come the moon falls from the sky?




Es el péndulo el que persigue a los ojos



julio 18, 2006

Alfileres ninja

Sí, se me ocurrió que de eso se tratan los días, las malevolencias que poseemos desde que somos humanos. No es un afán de lastimar: un juego, tampoco. Solo salen así, casi con buena intención hasta que se clavan en el costado de alguien (solo para darle dramatismo cristiano), logran un parpadeo y nos sentimos francamente malos.

Pues no, las cosas pasan solitas, y muchas sin querer. La pelea es contra los otros, los mal intencionados, los que no usan alfileres sin querer, sino estrellas. Con el rostro cubierto detrás de tanta televisión. Cuidado, y no conmigo.

julio 15, 2006

Pausa -las malas respuestas-

¿Te vas a ir?


Estoy rodeada de bellezas, y no me hacen feliz.

Recién descubriendo "Harrowdown Hill", Thom Yorke, un paseo de vuelta, rápido, una noche. Cuando pasan ciertas cosas es mas fácil que no pase nada a la hora de decir.

Un regreso que se convirtió en camino, en objetivo y pausa.

No se puede ser miserable con el soundtrack adecuado.

Las cosas cambian, las tejas vienen abajo y pasa la luz. El deseo, a veces, es que la resolana te entibie, sin bronceadores ni sombras. Un leve reposo, con el calor. Ojos cerrados y masas rojas que no pueden irse, que no piden retenciones. Hay cosas tras las que no se puede correr, porque igual se quedan.

Cantar es así. Mirar. Pensar. Escuchar.

Hasta el más chingón se retira a tiempo, señores. Cuando las cosas pesan necesitan su nicho. Nunca me han sobrado los cuentos, pero siempre faltan los castillos... de todos modos soy un ser de ventanitas, de balcones. No importa tanto lo que haya detrás.

Pero atrás también estoy

julio 14, 2006

Random

Soleado no es. Pero se transforma en una masa de colores intermitentes. Como el aleatorio que parece adivinar mi pensamiento. Mañana de música y canto. Tarde de volumen alto y cielo bajo, no hay heavymetalero que aguante tantos decibeles como yo cuando escucho mis ridiculeces. Cielo ni rojo ni azul, soprendente como debe sin cumplir condiciones -si, soy de las débiles ante el clima, pero me gusta-. Demasiadas cosas lejos, demasiadas pausas, esperas y notas al pie. Me voy cansando de esta ansiedad que me pide esperar fatalidades ¿no está mejor otra tarde gris, un café y nada raro?

Me reinvento ahora. Me descubro otra que vagando intenta reconocerse. Vagar es lindo.
¿Se puede? ¿Se podrá?

Tal vez me acostumbro a mí, como al mundo, sin entender un carajo. Aunque siempre me quede un pendiente. Invariable. Como que falta un poco. Sí, más.


Dan ganas de que esto fuera una radiografía del futuro que nos muestra sus costillas, que nos cuenta qué esta mal y de qué necesitamos el jarabe. Pero, sí. Así esta bien.

julio 11, 2006

Las tardes comunes


Pensar si me gustan más las escaleras o los laberintos siempre me ha inquietado porque creo que desde siempre las fórmulas para dominarlos carecen de sentido. Pegarse a una pared, o escalón, como gato, frotándose con la urgencia de salir del lugar sin cera, ni alas ni sol. Para terminar invariablemente en el principio con la convicción de haber logrado algo que, de nuevo en el origen, se vuelve inutil. Por eso la risa ataca con las series de detectives, porque siempre encuentran una solución y el muerto resucita, sonriendo sus costras de casualidad, subiendo a una patrulla rumbo a casita. A los mortales no nos pasan esas cosas y esperamos esas otras desde que se trata de desear.

Nunca hubo Minotauro pero siempre un mar para caer en la defensa de lo inexistente. Ahora me tiemblan las ideas como si viera lo que pasa, como si entendiera.

¿Será posible poner frenos?

¿pausas?

¿dejar de hacer preguntas?

Las escaleras son menos románticas, pero pueden resolverse desde la tierra, hasta con la cara pegada al horizonte se imponen las opciones. Con los laberintos hay que mirar desde arriba, con un poder para muchos inexistente, para mí, desde mi torpeza de princesa, inalcanzable. No se puede enamorar pensando en otra cosa, no se puede navegar sin mirar los reflejos cegantes del sol. Y la sombra que por siempre desvela misterios que parecen comunes.

¿Como veríamos el vapor? ¿cómo veríamos otros ojos sin el regalo casual de no verlos siempre? Lo que se siente, como las plantas, nace sin permiso y se nota con las lluvias, cuando solo se levanta imponiéndose a la falta de sol y obligando al observador a seguir con la rutina inutil de mirar hasta la primera flor ¿pero qué puede saber una princesa de estas cosas? ¿que puede saber de calabozos?

Nada, las gotas y las flores entre las losas del sótano son asunto de los demás. Salvo cuando algo obliga. Y miras, y tiemblas. Y piensas en bocas y en sombras. Y en cuarteaduras en las paredes que liberen goteras para humectar el derrumbe del castillo que no está en los muros y que nunca va a caer.

Ciego y hermoso

Se acabó la batería, y con ella se van ciertas ganas de gritar. Y se amontonan en la boca cosas para tí; infortunios, besos y redenciones que me quedan en los labios que tiemblan, en la quijada que, víctima de la tensión, no hubiera podido decir, de cualquier forma. Se me guardan las lágrimas como si fueran para tí, como si yo no las mereciera y de saldar con ellas la despedida se tratara. Y quero que aparezcas acá aunque se que para ti la batería termina con el vínculo de esta noche, porque la avidéz del amante de madrugada se te quedó con otras mujeres, con otros cuentos de prisa que seguro recuerdas mal o poco.

Tengo prisa hoy porque nunca se me fue el amor de adolescente, precisamente después de que se fuera con sus brillos a caminar otras montañas. Tengo miedo de que no me encuentres a la vuelta después de mi carrera contra el frío y las distancias que muerden por las noches, que me hacen mas princesa, que me tumban de la cama porque no tengo el abrazo, que prefieren no dormir y pensar en los problemas mundanos que enfrentamos los de la vida sencilla, cómoda, "feliz".

Vaya que estoy triste hoy, y triste sin tus labios se tiñe de negro, en moribundo sin marcapasos que bien puede resucitar mañana y salir a cortar flores y venas enemigas. No me gustan los enemigos, no me gusta que se me vea como una contra la cual pelear. Tu tiempo es nuestro tiempo también, es mi tiempo ahora porque dices que conmigo sueñas. Y pasa, acariciando las necesidades que nos hacen más nosotros. Me acerco demasiado siempre y mis escudos son falibles cuando alguien sabe llorar y sonreír. Y estoy queriendo quedarme en mi pequeño abismo exigiendo tu abrazo, porque no queda nadie mas acá, porque los despidos son frecuentes en mi oficina existencial. Porque no me he inventado timbres postales para el reino que tengo sola, al que no se entra mas que a la fuerza, al que no se llega mas que con magia. Sería magia que me dieras palabritas para paliar mi infortunio pasajero de lunes, de lunares. De palabras que son para que no las entiendas y me des vuelta con la respuesta a otra historia, que me gusta que mires en mis manos. Las manos de la princesa, torpes. Que no saben qué responderle al mundo pero que saben desearte y retener arena y agua ¿Puedo más?

No quiero poder más, no quiero sanar tampoco. Quiero tenerte acá, acariciando nuestras otras necesidades, quiero sacarle una sílaba a esa palabra y convertir las mías en necedades, pero se sienten distinto. Dime algo ya que me saque la ponzoña de otro mes envenenado de alcohol y manchitas negras a través del vidrio. Sácame la maldición ¿Puedes? ¿lo intentas?