noviembre 16, 2007

Reiterando

Querido anónimo

Me estoy muriendo, te estás muriendo. Puedes haber muerto mientras te escribo. Puedo tener un derrame cerebral dentro de tres minutos.

Por ahí va la convocatoria, por el de convertir los "Buscaría, enfrentarme, decirles, pedirles, hacer todo lo posible, iría, montaría, amanecería" de tu texto en realidades.

A pesar del evidente riesgo de sólo encontrarte con un silencio ensordecedor que jode y ofende. Porque cuando se hacen las cosas desde el corazón y con fuerza, si no se resuelven igual valen la pena, una vez más el intento sana. Y hacer todo lo posible generalmente funciona; si no para los demás, para uno mismo.

Haciendo esto se podría convertir tu "esto habría valido lo pena" en "esto valió la pena". El tuyo y el de todos nosotros.

La vida, por suerte, no se vive conjeturando.

O, como dijo Martí "la mejor manera de decir es hacer"

¡Fuerza!

1 comentario:

hortelano dijo...

Sin duda, queridísima mía:

Hay cosas que no se dicen: se hacen.

Y hay cosas peores: las que se son.


Pero qué rico es vivir.

Vivamos.


Salúdame al mar, ¿sí? Aunque sea un cachito.