agosto 14, 2006

Naranja dulce


Partida en rodajas y a la mitad. Aros de humo saliendo de mi boca. Los trozos de café que quedan en la lengua con el último trago. Pelar huevos cocidos. Limpiar un vidrio. Pintar las uñas. Brincar con Love and hate. Un baño con agua muy caliente, con tiempo y sin culpa. Los ojos de mis hermanas. El abrazo. Las uñas limpias. La satisfacción después del sexo, o después de un grito. La sonrisa matutina (la increíble mientras se siente).

Colores que mezclados dan el único tono buscado, estampitas de vinil arrancadas con la uña, caminos, palabras y alientos. Me siento sola y bien, con una tanquilidad brillante, que no se nota ni tiene que notarse. Sin miedo de decir las cosas, aceptando lo que venga porque ha sido decidido, porque puede sortearse y disfrutarse. Asi, tranquilita y más parada dentro de mí que nunca. Más Loana.

Gracias Niñas.

2 comentarios:

Lahetaira dijo...

así vamos completándonos, a base de detalles y recuerdos, de regalos de no cumpleaños que se forman inesperadamente... van siendo no sólo años, décadas juntas y separadas, siempre regresando a un momento de luz en el que sólo somos nosotras.

Besos nena, y besos a la Dianita también, por ser tan ella y tan parte de ti.

Anónimo dijo...

Hoy se me cayó tu (mi) pulsera en el metro. Por un momento pensé que la había perdido para siempre. Es la primera vez que me duele tanto algo tan pequeño. Pero no. Ahí estaba, riéndose de mí en el suelo, junto a mi asiento. Le gusta asustarme, a la condenada.

La otra noche, manejabas sobre Tlalpan, casi a las tres de la mañana. Me dijiste suavemente: tú estás para que te descubran. Eres la única persona que me puede decir eso, de esa forma. Casualmente hoy he decidido que al diablo con la caza de pulpos y toda clase de moluscos. Al diablo, al diablo. Hoy estoy sola, y estoy bien.

Desenvolví el regalo de tu cumpleaños antes de que me lo dieras.

Me alegra saber que recibimos lo mismo. Te quiero.