septiembre 20, 2006
Constantes universales
Me sigue gustando Tool, canto en el coche con todo y mis camisitas. Mis hijos siguen ahí, en el futuro, aunque haya perdido ya a los mejor delineados. Todavía desaparezco cuando no tengo mucho que contar, o cuando mis historias están en los extremos. Me gusta llorar de noche aunque me prevengan las voces amadas y los ecos punzantes. Y, mis ojos, esos de las historias que no son mías, miran igual. Pero dicen otra cosa entre estos vuelcos. Sigo queriendo y amando, con todo y los silencios. Mis ganas en pie, el horizonte acercándose en un juego sin sentido, sintiendo. Extraño el juego de "te extraño, extraño", pero necesito otras cosas también.
¿Alguien quiere jugar a la vida? ¿Alguien sabe jugar?
¡Hagan sus apuestas!
Y ya.
Veracruz, la comunidad López Mateos. En la "Selva del Marinero", con una mujer querida, cosa para probar y revivir.
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4 comentarios:
Qué gozada de lugar. Se siente muy medicinal, je.
Saludos.
La única constante universal es la variabilidad. Lo demás son espejismos.
Hola amiga; acabo de ver tu página y me ha encantado tu forma de escribir. Tal vez puedas visitar la mía.
Saludos,
¡Viva el mapache! me vale que sea plaga, estaba bien chido.
No fue medicinal, pero sí ubicador: el mundo es mucho más de lo que no duele, nos gusta y nos habita día con día.
besos.
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