julio 24, 2006

Domando ovejas pachonas

Diana sueña que calmo ovejas con una canción. Los demás tienen miedo. La cargo, y después de un abrazo baja tranquila de mis manos; ellos, los indeterminados de cualquier sueño están en paz. Ella se sorprende. Eso en tiempo de desiertos, de canciones para mí.


Días de abrazos vacíos, días de un amor enrarecido, opaco, notorio. Dedos tensos alcanzando secretitos, acariciando historias, tapando los ojos, sacando la lengua. Más puntos que comas a la hora de contar, en el cobro de las cuentas. Fácil, raro, puntual, con lo incierto y definitivo de las lluvias, temblando como luciérnaga la vida.
Brillante.


And it rained all night and then all day
The drops were the size of your hands and face
The worms come out to see what's up
We pull the cars up from the river

It's relentless
Invisible
Indefatigable
Indisputable
Undeniable

So how come it looks so beautiful?
How come the moon falls from the sky?




Es el péndulo el que persigue a los ojos



3 comentarios:

Xavier dijo...

no hay nada mejor que una canción para un momento titilante.

Anónimo dijo...

Cuando las ovejas se vuelven una cosa de miedo, tú siempre estás ahí para domarlas.

Pero no sólo por eso te quiero, no sólo por eso me asombras y no sólo por eso te apareces en mi sueño.

Anónimo dijo...

Veo los susurros, te escucho,
palpitas, mujer.
El aire se endulza cuando pasas. Se pone fresco.
¿Dónde pasas tu soledad, sintiéndote sin mí,
cuando me pasa igual?
Qué cosa, versos.